Un pensamiento en “Mi primer día en la ciudad”

  1. Mi primer día en México lo recuerdo como si hubiese sido ayer. Legué cansada del aeropuerto y todo lo que quería ara una ensalada Cesar. No sabía nada de español, ni de México, ni tenía ganas de saber.
    Mis primeros meses aquí eran un infierno. Todo era nuevo, extraño, desacostumbrado… Yo no podía entender a la gente mexicana y la gente mexicana no me entendía a mí.
    Pasaron muchos días hasta que me enamoré de este país… hasta que yo pude ver la belleza y riqueza de la cultura mexicana.
    Ahora todo esto es una gran parte de mí, que yo no puedo rechazar. Una parte desordenada pero colorida, ruidosa pero inspiracional, mía y al mismo tiempo extraña. Una parte que vive conmigo día tras día y que se quedará conmigo para siempre.

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