Un pensamiento en “Jardín botánico de Montreal”

  1. Es muy importante la reflexión que hace Ginette acerca del Jardín Botánico que solía visitar desde que era pequeña, y que todavía existe. Da gusto saber que en países como Canadá se han preocupado por conservar estos lugares de estudio y esparcimiento, que, como la misma Ginette indica en su texto…”Vivía con mi familia a dos kilómetros del Jardín en un barrio popular habitado por trabajadores especializados, […] El Jardín era accesible a la población. Rápidamente mis padres lo adoptaron para las salidas del domingo”.
    Es de elogiarse que, allá en Canadá, el movimiento de las compañías constructoras lo haya respetado a través de los años, y que, por el otro lado, también, sus especímenes se hayan utilizado para estudio científico por más de sesenta años.
    En mi situación como mexicana me recordó un poco el caso del precioso Vivero de Coyoacán, en el que también paseábamos la familia. Este parque tiene 39 hectáreas, que, a pesar de estar ubicado dentro de la CDMX, sigue sirviendo de esparcimiento a miles de personas cada semana. Es de acceso libre. También es utilizado como base para estudios científicos.

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