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Mi nombre, mi identidad

Mailyn Garcia*

Mi nombre, mi identidadAunque siempre he sentido una gran conexión con mi nombre, por muchos años tuve muchas dificultades integrándome con mi nombre. Siempre he estado orgullosa de ser Mailyn, pero hubo una época, gran parte de mi vida, en la que en el fondo de mi mente me preguntaba ¿quién es Mailyn? ¿Cómo se dice Mailyn? Pero, aun así, sigo siendo Mailyn, y cada año que pasa encuentro más y más el significado que tengo en ser Mailyn. Me gusta decir que he vivido una vida como la de Hannah Montana, porque siempre, de una manera u otra, he vivido dos vidas. Y por mucho tiempo, estas dos vidas estuvieron divididas por el idioma que hablaban. Me acostumbré a hablar español en casa e inglés en la escuela. Aunque no había nadie diciéndome que no podía hablar español en la escuela, no me sentía a gusto, porque sentía feo, ya que mis maestras me hablaban en inglés, y para mí, hablar español con personas que no lo hablaban era una forma de faltarles al respeto a mis maestras.

De igual manera, en casa, no les hablaba en inglés a mis papás porque no lo entendían. Y con eso, creo que establecí esta distinción entre mis dos vidas. Aunque no hablaba español en la escuela, mi identidad nunca fue cuestionada, porque siempre encontraba otras maneras de mostrar mi cultura. Si no era con mi cadena de mi virgencita, era con mis huevos con frijoles que llevaba de lonche todos los días. Siempre mostraba mi cultura, entonces fue algo que nunca me hizo sentir insegura. Pero había una cosa que nunca entendí. En la escuela, todos decían mi nombre como Maylin o Mayleen, pero mi familia me decía Mailyn. Y con el paso de los años, me encontré diciendo mi nombre menos y menos. Y fue raro, porque siempre amé mi nombre, entonces no entendía toda la confusión que tenía al decirlo. En sexto grado, fui a otra escuela por primera vez, con todos los de la primaria, más todos los estudiantes de otra primaria. Con este cambio, sentí otros grandes cambios en mi vida. Como decían ellos, los estudiantes de la otra escuela se creían muy “paisas”, pero con el tiempo, noté que tras esa mentalidad de “paisas”, esos niños estaban llenos de inseguridad y desconexión con sus identidades. Y por primera vez, en la secundaria, empecé a interactuar con niños que empezaban a decir “esto te hace mexicano” y “esto quiere decir que no eres mexicano.” Y yo, siendo alguien que siempre estuvo integrada a su cultura, sentí una confusión tan grande.

Por primera vez, había personas que cuestionaban mi identidad como latina. Esto empezó porque no hablaba español en la escuela. Me preguntaban si era que no sabía, me criticaban por tomar Starbucks, se burlaban porque me gustaba ir a Chinatown y se enojaban porque escuchaba música en inglés. Para mí, estos aspectos nunca demostraban una falta de cultura, sino más bien una apreciación por los demás. Pero estos niños, tan inmersos en sus definiciones de cultura, no sabían qué significaba ser culto. Y con esta confusión, entre ellos y yo misma, empecé a cuestionar muchos aspectos de mi vida. Cuando me preguntaban mi nombre, siempre dejaba que los demás lo dijeran como quisieran, porque para mí, mi nombre empezó a ser una interpretación de cómo me veían los demás. Y muchas veces, mis amistades que no eran latinas me decían Maylin, mientras mis amistades que eran latinas me decían Mayleen, y muy raramente, Mailyn.

Entonces acepté todas las variedades de mi nombre, porque representaban los diferentes aspectos de mi identidad, cómo me asimilaba en algunas partes, y cómo me representaba en otras. En ese tiempo, para mí, ser Mailyn era más que una pronunciación, era una historia de todas las vidas que había vivido y con quién. No fue sino hasta mi tercer año de la high school cuando finalmente empecé a sentirme un poco perdida en mi identidad. Fue una época en la que empecé a identificarme más conmigo misma. En ese tiempo, cuando me sentía fuera de lugar con mi propio nombre, empecé a dejar que los demás tuvieran control sobre mi nombre. Finalmente, hubo una instancia en la que un muchacho dijo mi nombre de una manera fea, y con eso, me sentí mal y decidí corregir a todos los que decían mal mi nombre, porque mi nombre no era Maylin, mi nombre es Mailyn. Aunque al buscar y buscar la definición de mi nombre no he encontrado mucho, he encontrado significado en mi nombre, y que es un símbolo de una manera u otra. Desde que era niña mis maestras y otras personas decían que mi nombre era una flor, pero he visto que no hay flor como yo. Eso es algo especial para mí, porque al decir eso, un significado fue creado. Me siento única, aunque sé que no soy la única persona llamada así, sé que cada día vivo mi nombre más y más, y con eso se vuelve especial para mí.

Mi nombre completo es Mailyn García, pero conmigo llevo los apellidos que siguen detrás de mí. Estos apellidos son Campa y Espinal. Aunque por documento solo me identifico con el apellido García, digo que llevo los otros nombres conmigo porque gracias a esos nombres estoy en los lugares donde ahora estoy, y para mí, con esos nombres cargo la realidad de mi historia. El apellido García tiene el significado de ser valiente. Con lo que he aprendido en clase, puedo decir que ese apellido tiene orígenes de España, entonces, aunque de alguna manera borra la historia de las generaciones anteriores, aún me siento fuerte cuando escucho el significado de ser García. Porque entre todo, mi familia siempre me ha enseñado a ser fuerte y valiente.

Mi apellido Espinal es similar a la palabra espina, y me recuerda mis raíces, literal y figurativamente, porque siempre crecí con plantas y es un bonito recuerdo de mi familia. Nunca he oído con certeza el significado de mi nombre, pero he encontrado que significa niña de luz y perla entre la cascada. En otros sitios, encontré que mi nombre significa belleza y otros aspectos de brillar de una manera especial. Con todos los diferentes significados, me acuerdo de las maneras en que sigo adelante, en mis carreras, viajes, aventuras y en mi crecimiento, mental y físicamente. Sobre todo, siento que mi nombre es una buena representación de la acción de crecer, el crecimiento en todos los aspectos y lo que es brillar y estar conectada con tus raíces.

Mis dos hermanos mayores siempre han tenido apodos, y es rara la vez que les decimos por su nombre y no por su apodo. Y aunque mi nombre tiene el mismo número de letras que el de ellos, nunca me dieron un apodo. Con mi familia, siempre he sido Mailyn. La única vez que recuerdo un apodo durante mi niñez fue cuando viajaba a México y mi primo me decía Mai, al igual que los hijos del mejor amigo de mi papá. Cuando empecé a corregir a los demás sobre cómo decir mi nombre, mis amigos también empezaron a llamarme Mai. Esto fue un gran cambio para mí, porque fue un cambio que ocurrió durante otro cambio mayor en mi vida: cuando entré a la universidad. Ahora siento que tengo una raíz implantada en mi apodo, y por siempre será una marca de las personas que entraron en mi vida durante este cambio.

Actualmente la mayoría de mis amistades me dicen Mai, y eso me trae gran sentimiento, porque finalmente me siento completamente a gusto con quien soy, con quienes me rodean y tengo toda la certeza de ser Mailyn. Aunque mis papás todavía no tengan un apodo para mí, al llamarme por mi nombre completo, siempre me siento feliz porque me recuerdan mis raíces de esta manera.

Para los demás, el nombre Mailyn no tendrá tanto significado, pero es cierto para mí y para las personas en mi vida que el nombre Mailyn tiene el significado de la persona que soy hoy, seré mañana y quien fui ayer. Y para estas personas y, más importante, para mí, el nombre Mailyn representa ser fuerte, poderosa, brillante y única.

*Estudiante de Estados Unidos de Northern Illinois University
 Participante del National Student Writing Contest
 Mención honorífica en la categoría de "Ensayo"

 

Imagen: starline en freepik.es


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