Don Quijote a través de la ironía romántica
Cristina Iglesias*
Los teóricos alemanes del siglo XIX leyeron muy detenidamente la obra cervantina y descubrieron la ironía en el Quijote. Ello dio origen a numerosos escritos y reflexiones sobre el tema. Don Quijote revivió para los románticos alemanes la caballería medieval española y puso de actualidad las maneras y la sensibilidad de la España de Felipe II, todo un espectáculo de la vida española y de su época. Los románticos alemanes adoraban al Quijote; equipararon su alma al alma de Don Quijote. Novalis, Tieck y los hermanos Schlegel se sintieron Quijotes de su época y todos coincidieron en considerar el Quijote como un tipo humano que representaba una clase de locura común a todos los hombres. Para Friedrich Schlegel, el Quijote representó el núcleo central de su teoría del romanticismo, y concretamente de su concepción de la ironía1. A su hermano, August Wilhelm, Don Quijote le parecía "la novela romántica por excelencia"2 y la mejor de las creaciones cervantinas.
La ironía cervantina implicó algo más que la mera sátira o el refinado ridículo. Como Luis Murillo3 escribió, el primer paso en el reconocimiento del significado de la ironía es percibir que está oculta una intención ulterior que es a la vez intelectual y humana, crítica, pero también benevolente hacia los objetos de su disimulación, pero sin llegar a perder nunca su permanente base paródica. Cuando se habla de ironía en el Quijote, por lo tanto se debe siempre implicar algo más que una refinada y disimulada ridiculización4. Exige percibirla en su más puro contexto estético.
El ingenio irónico de Cervantes evitó caer en un bajo humor burlesco y asumió un aire de seriedad, atribuyéndole a su héroe una conciencia de solemnidad. El punto de vista irónico desde el cual Don Quijote ha sido sugerido, revela que el artista se burla de su propia aprehensión de la ilusión. El ingenio (o witz alemán) equivaldría a ironía, por la cual el arte expresa el momento en que se produce la síntesis de la idea con la realidad.
La ironía nos muestra unos aspectos de los personajes y de los ambientes y situaciones que el mero realismo no podría alcanzar jamás, por tanto dota a la narración de eficiencia y riqueza superior. Tanto en el propio Cervantes como en sus personajes se capta un fino tinte irónico que le sirvió para conectar dos realidades bien diferenciadas6, pero que se infectan mutuamente (piénsese en los numerosos "préstamos" de registro de hablas: a un personaje vulgar y con bajo nivel cultural se le hace hablar con un vocabulario rico y elevado). Cervantes fue a la vez romántico y realista. Romántico moralmente, lleno de sueños e ilusiones pero impregnado siempre de un agudo sentido de la vida. Romanticismo y Realismo alternó en su espíritu y la ironía fue el mejor cauce que encontró para dar rienda suelta a su conflicto.
La ridiculización de uno mismo, donde la sátira y ciertos toques de amargura se combinan, origina el intento último de Cervantes, desarrollado con un gusto extraordinario.
Ejemplos de ironía en el Quijote
Al igual que no es oro todo lo que reluce, no es irónico todo lo que parece. Las investigaciones acaecidas hasta ahora se han centrado más en la ironía entendida como humor o parodia, de carácter burlesco. Su comicidad es innegable. Es un libro burlesco por la naturaleza de sus acontecimientos, que forman sus principales episodios, y también lo es por su manera narrativa.
Ahora, ¿Don Quijote es irónico en casi todos sus aspectos? Es algo intrínsicamente difícil de analizar. El punto de vista irónico desde el cual Don Quijote fue sugerido como mejor ejemplo de "ironía romántica", surgió al comprobar como el propio artista se mofa de su creación y en donde el autor irónicamente conmemora sus ideales juveniles como soldado y poeta5. Autoironía y autocrítica concurren en Cervantes, y en su ironía confluye la autoconsciencia y el distanciamiento del narrador. Aparecen cuando el propio Cervantes se mofa de su creación. Sobre el sentido de la ironía, como autoironía, Schlegel desarrolla la idea del distanciamiento del artista respecto a su obra y de él mismo, y le sitúa en una nueva posición de la que deberá también distanciarse, y así infinitamente: "...la ironía es meramente el equivalente del devenir al infinito"6.
Los ejemplos que he escogido para desarrollar el tema de la ironía en el Quijote son en mi opinión los más representativos, pero no los únicos que existen:
1. La mezcla y combinación de elementos antitéticos producía esa ironía schleguiana. Los dos protagonistas, don Quijote y Sancho Panza, representaban el mayor exponente de la ambivalencia y diversidad de caracteres. Don Quijote simbolizaba la poesía (el idealismo) y Sancho representaba la prosa (la realidad). Esta pareja de personajes representa la confrontación total de dos mundos: el caballeresco y el provinciano, que dan pie a continuos contrastes y oposiciones. La ironía aparece cuando entre ellos se produce un contagio, una aproximación de caracteres7 . También los coloquialismos en boca de Sancho respecto a temas tan honorables como el amor y la caballería, son muestras palpables de la ironía cervantina:
"(Sancho habla)...con otro estilo del que podía prometer de su corto ingenio."(II,c.5)
2. Cide Hamete Benengeli es portaestandarte también de la ironía cervantina, al hacer pasar el libro por la traducción de un manuscrito de este hombre. Cervantes dice:
" Pero yo, que aunque parezco padre soy padrastro de don Quijote" y más adelante se cuestiona el valor de su trabajo, "qué podrá engendrar el estéril y mal cultivado ingenio mío”8
Es Cide el que habla pero por boca de Cervantes por supuesto; su referencia al poco genio que posee es el primer intento en la obra de ser irónico. Otro elemento irónico en Cide Hamete lo localiza E.Urbina en su puntualidad como historiador.
"...se introduce la sospecha de que por ser Cide Hamete historiador arábigo haya éste dejado en silencio las alabanzas de Don Quijote, faltando con ello a la puntualidad que deben guardar los historiadores.”
Eduardo Urbina concluye que "lo de ser Cide Hamete 'puntualísimo' es pura ironía que viene a satirizar en la parodia la falta de veracidad de los autores de los libros de caballerías"
3. El episodio de los Galeotes (1, c.22) se le ha venido concibiendo con naturaleza especialmente cómica, pero estoy segura que Cervantes no lo escribió con tal propósito. Este episodio posee un gran contenido filosófico, de valor humano y seriedad, tal y como el profesor James R.Browne afirmó9.
Para Maurice Z. Shroder10 (crítico norteamericano), la segunda parte del Quijote ejemplifica mucho mejor la idea de ironía romántica que la primera, que la adscribe más al ámbito burlesco. Destaca las aventuras de Clavileño y la Cueva de Montesinos, como pautadel sutil contraste entre apariencia y realidad. Su ironía responde no tanto a la comparación con la pareja alazon-eiron y don Quijote y Sancho Panza, sino más bien a la actitud del novelista hacia sus personajes y el mundo ficticio que el creó.
4. Los versos que introduce Cervantes son una fuente inmensa de derroche de ironía. Cervantes fue un poeta, siempre quiso serlo, pero no logró el reconocimiento ansiado. La ironía aparece en muchos de sus versos: en el prólogo, Cervantes se burla de los versos que solían incluir en la cabecera de los libros, pero lo hace irónicamente al hacer él lo mismo. Observo en ello una clara intencionalidad burlesca. Cervantes escribe en este prólogo a la primera parte:
" También ha de carecer mi libro de sonetos cuyos autores sean duques,
marqueses, condes, obispos, damas o poetas celebérrimos, aunque si yo los pidiese a dos o tres oficiales amigos, yo se que me los harían, y tales que no les igualase los de aquellos que tienen más nombre en nuestra España."
Tras escribir estas palabras, Cervantes pide algún soneto serio y de algún famoso poeta, para alguno de sus libros.
5. El episodio del bandolero catalán Roque Guinart es el mayor exponente de la interpretación irónica. Alison Weber11 se encargó de examinarlo a través de la técnica del "eufemismo irónico": Cervantes sustituyó los términos que aludían a su realidad violenta por otros que intentaban legitimarle: " ladrón" pasa a "caballero" por arte de ingenio irónico de Cervantes, "robo" a "limosna" y "repartir el botín" a "hacer justicia distributiva". Roque existió realmente en Cataluña alrededor del año 1610. Todo el país estaba infectado de bandidos y Roque Guinart fue de los más famosos:
"Oh valeroso Roque, cuya fama no hay límites en la tierra que la encierren!" (1I, c. 60)
El episodio acaece en la segunda parte, capítulos 60 y 61, en los que don Quijote y Sancho topan con él, camino a Barcelona. La primera nota de ironía la introduce el narrador al describir la forma en que aparecen los bandidos en escena y empiezan a desmantelar a Sancho de sus objetos de valor:
" Acudieron los bandoleros a espulgar al rucio y a no dejarle ninguna cosa de cuentas en las alforjas y la maleta traía; y avínole ceñida venían os escudos del duque y los que había sacado de su tierra, y, con todo eso, aquella buena gente le escardara y le mirara hasta lo que entre el cuero y la carne tuviera escondido, si no llegara en aquella sazón su capitán, el cual mostró ser de hasta edad de treinta y cuatro años, robusto, más que de mediana proporción, de mirar grave y color morena."(1I,c.60)
El culpar con un elogio es uno de los recursos más tradicionales de ironía ("buena gente"). Ahora bien, Cervantes lo que está haciendo es sustituir una actividad tan legítima en unos bandoleros como es la de "espurgar", en una actividad ilegítima, al cometer un robo, y "esa eufemística substitución se convierte en leitmotiv del episodio"12.
Quiero terminar con una cita que en mi opinión contiene la verdadera esencia de lo que he intentado mostrar:
" Don Quijote es un romántico que quiere resucitar un mundoya pasado y vivir en él. Es un idealista incorregible. Cervantes mismo fue un romántico. La ironía con que trata a sus personajes se vuelve contra él. Es la ironía romántica la que permite a Cervantes restablecer en sí mismo el equilibrio y la serenidad. Lo que alcanza su sátira son las ilusiones, las falsas apariencias, no el heroísmo en sí mismo, sino su ideal caduco.
Las dos figuras de la novela son símbolos poéticos en los que se refleja el diálogo de un alma con la existencia. Cervantes lo había comprendido, pero ha sido la crítica de los románticos la que ha descubierto esas fórmulas"13
Notas.
1. Durante los años 1797 y 1805, Fr. Schlegel se pronunció numerosas veces con respecto a Don Quijote.
Se puede verificar en la traducción al ingles del libro Friederich Schlegel: Charakteristiken und Kritiken1(1796-1801), ed. Hans Eichner (Munich...1967), Friedrich Schlegel's Aestheyc Writings, traducido por E. Behler y R. Struc (Pennsylvania State University Press, 1968), y en la traducción de algunos de sus más tempranos ensayos hecha por C.IMillington, Aesthetic and Miscellaneous work<;oi Fr.Schlegel,(London, 1849). También revisó la traducción de Tieck del Quijote en Athenaum IL (1799).
2. Cf. Literary Notebook, números 1096 y 1589.
3. Luis Murillo, "Cervantic Irony in Don Quijote. The Problem for Literary Criticism" en Homenaje a Rodríguez Moñino (Madrid, Castalia, 1966) 11,21-27. Podemos encontrar también este artículo publicado por Ruth el Saffar en Critical essays on Cervantes. Don Quijote (I605-1615), (Boston; Massachusetts, 1986), pp. 45-50.
4. El libro que más me ha influido a la hora de encaminar mi estudio es el de Anthony Clase, The Romantic Approach to Don Quijote, y su artículo "Don Quixite's Love for Dulcinea: A study of Cervantine Irony", Bulletin 01Hispanic Studies 50 (1973)237-55 donde diceBue "Cervantes' thecniques of irony and of direct parody are often co-extensive"( p.244). Él declara abiertamente su dificultad de separar tajantemente la ironíade la parodia, y afirma que Don Quijote es una sátira que usa técnicas burlescas, y que Cervantes es un hábil ironista.
5. A. Close, The romantic approach to don Quijote, p. 37.
6. Edición crítica, v. XVIII, p. 218.
7. R. Flores,"Sancho'sFabrications:Amirrorofthe Developmentofhis imagination", HispanicReview 38 (1970), pp. 174-82.
8. En el prólogo a la primera parte. Miguel de Cervantes Saavedra, El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, Nueva edición crítica de Francisco Rodríguez Marín.
9. James R.Browne " Cervantes and Galeotes episode" (Hispania, XLI, 4, diciembre 1958), pp. 460-64
10. M.z.Shroder, "The Novelas a Genre" en The theory of the Novel (New York, The Free Press, 1967), pp. 20 y 21.
11. A. Weber "Don Quijote with Roque Guinart: the case for an Ironic Reading", Revista Cervantina v.VI, no2, p. 128
12. y 13. J.J.A.Bertrand, "Renacimiento del cervantismo romántico alemán" en Ana/es Cervantinos IX, 1961-1962, p. l0
* Instituto Cervantes en Chicago, E.U.A.