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La fauna financiera

Eric Germain

El mundo financiero es una jungla donde los osos (los pesimistas) y los toros (los optimistas) libran una batalla incansable. Miguel era un original, no correspondía a estos arquetipos zoológicos. En efecto, en sus principios parecía más un lobo solitario. Evitaba los senderos pisados para errar sin rumbo o meta aparente. No se dejaba influir por los vaivenes de la muchedumbre, y en consecuencia, no corría el riesgo de ser pisado por sus estampidas, pero, al mismo tiempo, no lograba aprovechar estos movimientos de masa.

Nuestro lobo ni siquiera era capaz de atrapar a una sola oveja. Tenía un régimen alimentario escaso. Tenía bastante para seguir, pero para seguir hacia un fin inevitable. Pues, no había otro remedio, debía cambiar sus hábitos o, más bien, cambiar su manera de ser. Entonces, empezó a poner en duda todo lo que hacía.

Después de muchas cavilaciones, entendió que había pocas constantes en las que podía fiarse. Primero, identificó el cambio. Es decir que hay volatilidad inherente al mercado. Y segundo, sabía que: siempre hay algunos osos y algunos toros que caen en las trampas del mercado. Entonces, con esta imagen macabra, decidió que era tiempo de mutarse, de mutarse en un buitre. Y es así como la carrera de Miguel levantó el vuelo. De hecho, desde esta metamorfosis, las oportunidades de provecho abundan.

* Estudiante canadiense, Español Avanzado 1
UNAM-ESECA en Gatineau, Québec, Canadá