El principito
J. G. Baribeau
Cuando estaba de viaje en Puerto Vallarta, México, hace ya tres años, me fui de compras a una librería donde descubrí de nuevo al escritor y aviador- explorador francés, Antoine de St- Exupery, a través de su magnífico cuento El principito. Qué alegría! Ya habían pasado 40 años desde mi encuentro inicial con él. Todos saben con qué estilo lírico, también a menudo triste y pesimista, se expresa.
St- Exupery vivió de 1900 a 1944, viajando por todo el mundo, dejando las bases de los vuelos intercontinentales, arriesgando su vida en constantes peligros. Murió un año después de la publicación de este relato. Es interesante señalar que lo escribió cuando vivía en Estados Unidos, en Nueva York, para ser más preciso. Al año siguiente desapareció en África durante un vuelo de reconocimiento para el ejército francés.
Al principio, la historia de El principito fue dedicada a todos los niños del mundo, para expresar el concepto siguiente: en la vida, las mejores cosas son las más sencillas y la verdadera riqueza consiste en dar al otro. De ahí resulta la razón única de existir del ser humano: cuidar los valores de la civilización. Sin embargo, este relato llegó todavía más al corazón de todos los adultos del planeta.
Voy a describir aquí algunos pasajes de la aventura de ese extraordinario personaje.
El principito encontró a St- Exupery cuando el aviador tuvo una descompostura en el desierto de Sahara. Parece que el Principito salió del asteroide B 612 con un vuelo de pájaros. Allá lejos, él reinaba cuidando el terreno y a la única flor, disfrutando el Sol y las estrellas. También era el único ser "humano" del pequeño planeta.
Para comunicar su mensaje, St- Exupery siempre utilizaba dibujos: la caja que apenas era de tamaño suficiente para incluir el asteroide, la flor y algunos balboas. Otro símbolo fuerte, el del elefante dentro del boa, el pequeño cordero
Escogí un pasaje donde el Principito se queja de los adultos que nunca pueden contestar las preguntas de los niños sin pedir muchas explicaciones para aclararlas.
Para destacar sus ideas, el autor hizo participar al Principito en ocho viajes, cada uno a un planeta diferente donde tenía que hacer frente a unos personajes humanos disparatados. Son los siguientes: el rey, el vanidoso, el bebedor, el vendedor de píldoras para apagar la sed, un farolero (el único útil, porque se preocupa por otras cosas que por sí mismo), y un geógrafo en el sexto planeta. El último destino fue la Tierra, donde encontró a la serpiente, un zorro, unas rosas, una montaña, en realidad, un mundo lleno de cosas y animales, al contrario de donde él provenía. Cuantas sorpresas! Algunas más asombrosas que otras.
El Principito regresó al B 612 más de ocho días después de la avería, dejando el aviador más triste quien, día tras día, escuchó la risa de su pequeño amigo.
Este cuento evidencia tanto la candidez de la infancia y sus utopías como la verdad esencial a la que se refieren los niños: la necesidad de los demás, de cultivar nuestras amistades, donde uno aprende a darse al otro. También se halla la terrible verdad de la soledad, que le enseña bien al ser humano que no es más que un grano de arena que gradualmente pierde sus ilusiones, la intensidad de sus emociones
Por último, podríamos interpretar el arduo dibujo del cordero así? Tenemos que tratar de hacer lo que podamos, siempre dentro de nuestras capacidades. Hoy, esa actitud parece inaceptable en muchas partes de la sociedad. Qué desgracia!