Comercio Equitativo, una solución para reducir la desigualdad entre el Norte y el Sur
Manon Boisclair
Por un lado, acabamos de leer el año pasado que las Naciones Unidas declararon a Canadá como el mejor país del mundo para vivir. Por otro lado, vemos cada día en la televisión y en los periódicos que hay mucha gente en el resto del mundo que vive en la pobreza, en un medio ambiente contaminado, y donde los niños son explotados.
Muchos consumidores en los países industrializados están conscientes de que en el mundo las riquezas están divididas de manera muy desigual, y que los productos que se les están ofreciendo son demasiado baratos como para garantizarles una vida digna a los productores en el Tercer Mundo. Quisieran poner algo de su parte para cambiar esta situación, hacerla más justa, pero no saben cómo. El Comercio Equitativo presenta opciones para cambiar esta situación y para cerrar la brecha entre los productores de los países en vías de desarrollo y los consumidores de los países industrializados. Y además se necesita poco esfuerzo y poco tiempo para practicar los principios del Comercio Equitativo.
Antecedentes de las iniciativas de Comercio Equitativo
La causa principal del subdesarrollo está relacionada con el funcionamiento del mercado mundial. Para su sobreviviencia y desarrollo, los países en vías de desarrollo dependen de la exportación de materias primas a los países industrializados. Y mientras que los precios de las materias primas en el mercado mundial han venido decreciendo sistemáticamente, los precios de los productos que estos países importan de los países industrializados suben.
Además, los precios en el mercado mundial son sumamente inestables y, en los casos del café y el cacao, por ejemplo, han llegado a los niveles más bajos de la historia en términos reales, al grado de que ni permiten cubrir los gastos de producción. Las víctimas principales de tal caída de precios son los productores, y especialmente los cientos de miles de pequeños productores, que no disponen de capital suficiente para sobrevivir económicamente, y se ven aún más afectados por no tener acceso directo al mercado, y porque para vender su producto dependen de los intermediarios.
Conscientes de esta situación injusta y desigual, las iniciativas de Comercio Equitativo han procurado contribuir a la solución de este problema. La base del concepto es que todo productor necesita y tiene derecho a ciertas garantías de ingreso para un desarrollo agropecuario y social equilibrado. No se necesita dar un apoyo en forma de donaciones, sino dándoles a los productores los instrumentos necesarios para realizar su propio desarrollo y vivir una vida digna, como productor independiente. Así surgió en 1988 en Holanda la iniciativa Max Havelaar, la primera iniciativa real de comercio equitativo. El ejemplo de Holanda fue seguido en Bélgica un año después, y en Suiza y en Gran Bretaña en 1992. Otras iniciativas se introdujeron durante los años noventa. Ahora existen iniciativas de comercio equitativo en Austria, Luxemburgo, Italia, Japón, Canadá, Holanda, Dinamarca, Francia, Estados Unidos, y Suecia. En 1997 se fundó la nueva estructura FLO-International (Organizaciones con Sello del Comercio Equitativo - Internacional) y a partir de este momento, las iniciativas de Comercio Equitativo han trabajado conjuntamente para mejorar la distribución desigual de bienes entre Norte y Sur.
El café es el producto más comercializado en el mundo después del petróleo, y por tanto es el producto con el que se comercia más en el mercado mundial de productos de comercio equitativo. Otros productos importantes en el mercado mundial son el té, el cacao, el azúcar, el plátanos, los textiles y las ropas.
Gran parte del terreno en los países en que se produce café es propiedad de unos cuantos terratenientes ricos, quienes contratan a trabajadores para hacer el trabajo. A estos trabajadores usualmente se les paga según la cantidad de café que pizcan. La persona que anota la cantidad de café que los trabajadores pizcan substrae cantidades constantes de dinero de los trabajadores para dárselo a sus amigos o a una persona ficticia (imaginaria) y se queda él con el dinero. Los trabajadores no tienen ninguna opción; este trabajo es probablemente el único que hay. Aunque los terrenos están en manos de unos cuantos, más del 50% de la producción mundial de café viene de cooperativas y de pequeños agricultores, es decir, de personas que tienen su propia finca y producen café solo con la ayuda de amigos y familiares. Tienen cierto control sobre sus condiciones de trabajo, pero no pueden controlar las condiciones de venta del café.
Por otra parte, estas pequeñas fincas no son cómo los campos agrícolas que se encuentran en Canadá. Por ejemplo, los cafetaleros no tienen sus propios camiones, por lo que dependen de intermediarios para llevar el café al mercado; los intermediarios compran el café de los productores y lo venden a su vez a las grandes compañías comerciales. Los agricultores no conocen el precio del café en el mercado mundial, de modo que están a merced de los intermediarios. No hay tampoco bancos locales ni uniones de crédito donde puedan pedir un préstamo para financiar la cosecha del próximo año. Por eso tienen que obtener préstamos de los intermediarios y pagar intereses muy altos.
El objetivo del comercio justo es dar a los pequeños agricultores la oportunidad de controlar la venta de su café. Los libera de su dependencia de los intermediarios y les da el poder de aumentar y diversificar su participación en el comercio del café.
El mejor modelo para asegurar la integridad del Comercio Justo es el Sello de Calidad. Un Sello de Calidad que figura en un paquete de café, por ejemplo, garantiza que el precio pagado por este café fue un precio más justo, que llega donde tiene que llegar: directamente al productor. Existen varios tipos de Sellos del Comercio Justo:
Max Havellar: Holanda
Fairtrade: Gran Bretaña
Transfair (Alemania, Canadá, Luxemburgo, Japón, Italia y Estados Unidos)
Equal Exchange (Estados Unidos)
Aquí en Canadá se usa el sello TransFair para garantizar que el café fue comercializado de manera justa. La organización encargada del control del sello en Canada, FairTradeMark Canadá, realiza auditorías a las empresas que comercian el café aquí para asegurar que las empresas cumplan con los criterios de comercio justo. Los criterios son:
comprar el café de agricultores inscritos en el Registro internacional de café de pequeños productores de café organizados de manera democrática;
comprar del mismo productor por más de un ciclo de producción, para asegurar cierta estabilidad en la demanda;
pagar antes de recibir el producto o prestar dinero con tasas de interés razonables;
pagar no menos del precio mínimo que corresponda a los gastos de producción y otorgar un cantidad extra si el precio en el mercado mundial es más alto.
Para formar parte del Registro Internacional de Café, quienes producen o tuestan el café tienen que cumplir con los criterios de calidad establecidos (entre ellos, por ejemplo, diversificación de la producción, con el objetivo de disminuir la dependencia de un solo producto como fuente de ingresos; ofrecer a las mujeres oportunidades de ejercer un papel más activo en el proceso de desarrollo; promover un desarrollo organizativo integral, etc.). El objetivo final es que puedan defenderse tanto en el mercado normal como en el mercado de Comercio Equitativo.
Hay dos tipos de café de comercio equitativo: el regular y el orgánico. El café orgánico se cultiva a la sombra natural, a fin de poder usar menos químicos o no usarlos para nada. Generalmente significa cultivar plátanos y otras frutas en el mismo terreno y así crear sombra para los cafetos, que son más pequeñss, y dar protección natural a los diversos plantíos. Equal Exchange, una compañía comercializadora en Estados Unidos, vende varios tipos de café orgánico, algunos disponibles aquí en Canadá.
Algunos éxitos del comercio equitativo:
5% del café en Suiza es café que proviene del Comercio Equitativo
una cooperativa en Chiapas ahora tiene tres cafés estilo "Starbucks" en la ciudad de México.
una federación de ocho cooperativas en Costa Rica estableció su marca propia (Café Forestal) y estableció una fundación para promover prácticas ecológicas de producción de café.
En Canadá, menos del 1% del café proviene de comercio justo. Una razón para ello es que este café no es muy accesible. Hay sólo algunos puntos de venta, la mayoría de los cuales se encuentra en tiendas especializadas. Los cafés más populares, como "Starbucks" y "Second Cup", no tienen café de comercio justo. Otra razón es que la conciencia del concepto de comercio justo todavía es limitada.
Algunas empresas como "Second Cup" dicen que dan dinero a organizaciones de beneficencia para devolverles algo a las comunidades. Es ciertamente una buena contribución, pero no sustituye el pago justo por el café.
Si quieren participar a la expansión del comercio equitativo en Canada, pueden tomar las acciones siguientes:
- Comprar café de comercio equitativo
- Escribir cartas a los cafés y tiendas que venden café
- Hablar con el gerente de su supermercado, pedir que haya café de comercio justo
- Pedir en su lugar de trabajo que haya tal café en la cafetería
- Decirle a sus amigos
Algunos recursos para obtener más información sobre comercio equitativo:
Ten Thousand Villages (Ottawa location)