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La vida que se va, de Vicente Leñero

Mario Longpre

Vicente Leñero nació el 9 de junio de 1933 en Guadalajara, México. Hizo estudios de periodismo y luego de ingeniería civil. Ha destacado por su desempeño como periodista y escritor.

Es autor de novelas, cuentos, obras teatrales y guiones de películas.

Su carrera en las letras ha recibido importantes reconocimientos, tales como el premio de la Biblioteca Breve Seix Barral por Los albaniles, en 1963, y el galardón Juan Ruiz de Alarcon a la mejor obra de teatro realizada por un autor mexicano en los años de 1969 a 1979.

Con La vida que se va, publicada en 1999, Leñero vuelve a la narrativa después de una ausencia de 14 aos. (Su novela precedente, Asesinato, fue publicada en 1985.)

La vida que se va es una broma maravillosa sobre una abuela vinculada a su mecedora.

Durante un año, todos los viernes por la tarde, Norma logra atraer a su salón a un periodista que graba lo que ella narra de su vida.

La primera vez, el periodista va a casa de la abuela para cumplir la ultima voluntad de un colega que, antes de morir, había dejado una libreta azul donde estaba anotado un mensaje corto, AVÍSENSELE A LA ABUELA, seguido de la dirección de ésta.

Lenta y seguramente, la abuela va hechizando al periodista, y cada viernes el periodista, dándole prioridad sobre todas las otras cosas, se dirige con su grabadora a la casa de la abuela que lo espera en su mecedora. Pero, en el momento en que el periodista espera la continuación de la historia de la abuela, ella le da la vuelta, hace una pirueta y se va en otra direccion a partir de un cruce enfrente del cual ya habia pasado sin detenerse. Y para añadir al desconcierto del periodista., la abuela le lanza un trabalenguas.

Es que la abuela tiene muchas vidas. "Y que ? Nada de muy nuevo aquí", me dirán ustedes. "Todos nosotros también tenemos muchas vidas. La niñez es una vida, la adolescencia es otra vida, la estancia en Tchad es una vida, la estancia en Egipto otra. Hay la vida con Teresa, la vida con Pilar, la vida con Isabel. O si prefieren, la vida con Juan, con Gabriel o con Diego. Sin embargo, nuestras vidas se conectan, la más reciente encima de las más antiguas, mientras que, en el caso de Norma, sus vidas se dan sobre una línea horizontal, en forma paralela.

Imagínense, por ejemplo, al final de una partida de ajedrez, cuando los jugadores se preguntan lo que habría pasado si, en lugar de aceptar el regalo envenenado del ganador, el perdedor hubiese eludido la trampa. Podria jugar de nuevo una partida muy diferente con un resultado diferente también. Juegan al ajedrez ? Leñero sí, Norma y su padre también, y recuerden bien que son jugadores de primer nivel en México, y que, además, Norma es maestra internacional.

Por más que la enfermera de la abuela le dice al periodista que ésta es mentirosa, que sufre los primeros sintomas de Alzheimer, irremediablemente cada viernes por la tarde el periodista enfila al 140 de la calle Córdoba, preguntándose, al igual que el lector que sigue dando vuelta a las páginas: "Que irá a inventarme la abuela esta tarde ?" Es que tiene toda una imaginacion la abuela, quien tiene también una forma muy particular de humor.

Recientemente, en una entrevista, el famoso Gabriel García Márquez dijo: "Cuando escribo, intento primero hipnotizar al lector y luego hago todo lo posible para no despertarlo." Creo que en La vida que se va, Leñero logra algo semejante.