Cuéntame tu vida, mujer
Adriana Salazar*
Nací, lloré, comí, dormí y dormí mucho durante un tiempo. Me enfermé, lloré, aprendí, comencé a hablar, crecí, jugué, descubrí, comí más, hablé mucho. Me transformaba constantemente. Ayudé, reí, me divertí. Bailar y beber, mi prioridad. Empecé a comer menos, viajé, viajé más, trabajé, dejé de dormir, me enorgullecí, me enojé, apoyé hasta el cansancio, lloré, tomé decisiones, me enamoré, me soñé, cuestioné, reflexioné, volví a viajar. Siempre se viaja. Sentí realizar, me equivoqué, me desilusioné, me decepcioné, conocí, me agoté, me enfermé, me enojé, desaprendí para aprender, lloré aún más, me esforcé, me fui y regresé. Dormir y meditar, ahora la prioridad; aprendí a amarme, me perdoné, me sigo soñando. Me he despertado.
Imagen de la autora
*Estudiante de México del Taller literario de Voces Femeninas: identidades, maternidades y violencias.
UNAM-Canadá
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