El misterio de la tortuga
Eliane R. Rodríguez*
Lo que les contaré pasó el año pasado, más o menos a fines de marzo y principios de abril. En el hecho también estuvieron involucrados una de mis tortugas y uno de mis amigos.
Tengo dos tortugas que viven en una pecera en mi estudio, en mi casa, donde trabajo por las tardes. Como a fines de marzo del año pasado, una de ellas empezó a tener unas contracciones muy fuertes. Dado que esta tortuga había estado muy enferma en el pasado, pensé que su pneumonía había regresado y que sentía mucho dolor por eso. Traté de contactar el veterinario para que me aconsejara, pero no me fue posible encontrarlo.
Después de varias contracciones, ya no sabía yo qué hacer para aliviar el dolor de mi mascota. Dividía mi tiempo entre asegurar sus patitas en el momento de las contracciones y hacer mi trabajo. En un momento dado paré de trabajar para consolar a la tortuga y fui después a la cocina a comer. Cuando regresé… ¡sorpresa! Había un objeto blanco de forma ovalada dentro del agua que no podía identificar. De inmediato saqué a las tortugas de la pecera y llamé por teléfono a uno de mis amigos para que viniera a ver qué objeto era aquél.
Cuando mi amigo llegó, me dijo: ¡Esto es un huevo!
No sabía como expresar mi alegría. ¡Mi tortuga había puesto un huevo! ¡Ya era una tortuga adulta!
Al final puso como ocho huevos y este año ya se está preparando para la próxima puesta.
* Estudiante brasileña de cuarto nivel
CEPE-UNAM, México, D.F.