Caterina, mi pequeña tormenta
Gilles Ruest
Ya tiene catorce meses y ocho dientes y se afirma, cabe decir, no sin problema. Es la estrellita de la casa. Se arrastra rápidamente como una trucha; cada día visita los espacios de su dominio. No hay secretos para ella. Qué bendición del cielo, qué ocupación.
Estudia muy bien la personalidad de sus padres y quiere integrarse a la familia, porque el beneficio es seguro.
Qué hará en la vida? Ahora es un misterio! Pero, seguramente tendrá éxito en todo. Indudablemente tendrá la sabiduría de Salomón, la valentía de Josué y el corazón del Rey David.
¡Qué combinación!
El futuro de sus padres está garantizado. |