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Caterina, mi pequeña tormenta

Gilles Ruest

     

    Ya tiene catorce meses y ocho dientes

    y se afirma, cabe decir, no sin problema.

    Es la estrellita de la casa.

    Se arrastra rápidamente como una trucha;

    cada día visita los espacios de su dominio.

    No hay secretos para ella.

    Qué bendición del cielo, qué ocupación. 

     

    Estudia muy bien la personalidad de sus padres

    y quiere integrarse a la familia,

    porque el beneficio es seguro. 

     

    Qué hará en la vida?

    Ahora es un misterio!

    Pero, seguramente tendrá éxito en todo.

    Indudablemente tendrá la sabiduría de Salomón,

    la valentía de Josué y el corazón del Rey David. 

     

    ¡Qué combinación! 

     

    El futuro de sus padres está garantizado.