¿Quién hablará en nombre de la Tierra?
Roger Verreault
En el cielo hay muchas cosas que un observador puede ver, y esto, sin telescopio, sólo con sus propios ojos, o bien con gemelos ordinarios. Hay estrellas y galaxias, por supuesto, y a veces, auroras boreales, estas últimas pueden a veces ser coloridas y muy espectaculares, y pueden moverse de maneras sorprendentes. Pero sobre todo, están los planetas de nuestro sistema solar.
Los planetas
¿Qué es un planeta? Un planeta es un cuerpo celeste que gira alrededor de un sol. Un planeta, a diferencia de una estrella, no tiene luz propia. Un planeta está hecho de materia sólida, como roca y metales más o menos mezclados con gases, y puede estar cubierto de una atmósfera. Puede ser muy caliente o muy frío, y puede ser radioactivo.
El sistema solar
¿Podemos hablar del sistema solar sin pensar que sin duda algún día los seres humanos establecerán colonias sobre los otros planetas de nuestro sistema solar? ¿Pero dónde?
Mercurio, por ser muy pequeño (no tiene masa suficiente), no puede retener una atmósfera respirable. Está demasiado cerca del Sol, combinado con el hecho de que su rotación es terriblemente lenta, siempre hace mucho frío de un lado y mucho calor del otro.
Venus, de tamaño respetable, ya ha perdido la mayor parte de su agua, y debido a una muy alta concentración de gases carbónicos en su atmósfera, tiene una temperatura que no posibilita la vida humana. Podemos decir que es un ejemplo celeste de lo que no debemos hacer aquí sobre la Tierra con nuestros problemas de contaminación. Cosa interesante, la rotación de Venus es invertida con respecto a la de casi todos los otros planetas. La llaman "lucero del alba" o "lucero de la tarde" porque está siempre situada en la dirección del Sol.
La Luna, nuestro satélite, como Mercurio, no puede retener una atmósfera y debido a su lenta rotación, sus días son muy calorosos y sus noches muy frías. A pesar de su revolución propia, la Luna siempre presenta la misma faz hacia la Tierra, pues su rotación propia es igual a su movimiento alrededor de la Tierra. De hecho, la Luna y la Tierra son considerados por ciertos científicos como un sistema planetario doble. Parece que durante los años sesenta, algunos astronautas estadunidenses que navegaban alrededor y sobre la Luna dijeron a sus superiores que habían encontrado extraterrestres. Les llamaron "santa clauses". Poca gente conoce la existencia de otra especie de compañero de la Tierra, un asteroide llamado Cruithne, que comparte la misma órbita alrededor del Sol con la Tierra y la Luna, y que, felizmente, nunca choca con ellos.
La Tierra, nuestra madre, es el más denso de los planetas conocidos. Tiene mucha agua, y está cubierta de una atmósfera relativamente fina, la cual es proporcionalmente semejante a la tela de una cebolla con su bulbo. En realidad, no hay mucho aire sobre la Tierra. Ya se ha contaminado mucho, y ahora debemos vivir con nuevos fenómenos, tales como el Niño y la Niña.
Marte, llamado el "planeta rojo", no puede retener una atmósfera por las mismas razones que la Luna y Mercurio, además de que está demasiado lejos del Sol para recibir suficiente calor. Tiene dos satélites llamados Phobos y Deimos.
Comprendidos entre Marte y Júpiter hay numerosos planetas pequeños que se llaman asteroides, y que forman un cinturón alrededor del Sol. Circulan en una órbita alrededor del Sol como si fueran fragmentos de un antiguo planeta que se hubiera estrellado. Este cinturón separa los planetas internos de los externos que existen en el sistema solar. Es otro ejemplo de lo que no debemos hacer con nuestro planeta, es decir, hacerlo explotar.
Júpiter es el planeta mayor de nuestro sistema solar. Tiene una masa tan grande que se considera como una estrella que fracasó, porque su masa es casi suficiente para formar una estrella. Su atmósfera equivale a noventa por ciento de su masa. Son interesantes sus dieciséis satélites, los más conocidos de los cuales son Calisto, Europa, Io y Ganimedes. Ganimedes es la luna más grande de todas las lunas del sistema solar. En la atmósfera de Júpiter, reviste un interés particular su enorme "Gran Mancha Roja", de dos veces el tamaño de la Tierra. Es una especie de gigantesca tormenta que circula en las alturas de la atmósfera. Recuerden que fue en julio de 1994 cuando el cometa Shoemaker-Levy 9 chocó contra Júpiter, lo que fue sumamente espectacular.
Saturno me parece, después de la Tierra, el planeta más bonito, debido a sus maravillosos anillos. Éstos son visibles con gemelos, cuando tienen un buen ángulo con relación a la Tierra. También tiene muchos satélites, como Titán, el cual, según los científicos, podría albergar algún tipo de vida.
Urano, muy lejos del Sol, como Venus, tiene una rotación invertida.
Neptuno, también muy lejos del Sol, de color azul y verde, tiene muchos satélites de los cuales uno muy destacado se llama Tritón, una de las lunas más grandes del sistema solar, que también tiene volcanes y su propia atmósfera.
Finalmente, Plutón, el más distante de nuestros planetas, el más frío y pequeño, es el más difícil de observar. Tiene también una atmósfera muy fina y un satélite llamado Caronte. Más que la Luna y la Tierra, Plutón y Caronte son considerados como un verdadero sistema planetario doble.
Conclusión
Lo que hace que un planeta sea habitable para los seres humanos es una combinación mágica de aire, agua, luz, temperatura y gravedad, y que sea suficientemente cómodo para vivir sin necesidad de una protección excesiva del ambiente natural. En realidad, conocemos sólo un planeta con estas condiciones, la Tierra.