Escalera al templo
David Monge*
En 2012 estaba en China con unos amigos. Estábamos en una montaña sagrada del budismo chino. Había dos rutas, una cortita, en camión, y una larga por unas escaleras. Elegimos las escaleras para seguir a un grupo de peregrinos. Durante dos días, caminamos entre las montañas, los cerros y la selva para llegar hasta la cima. Fue una ascenso difícil por los sesenta mil escalones que nos separaban de nuestro objetivo, pero disfrutamos esos días en la naturaleza viendo los monos de nieve y las costumbres de los peregrinos. Y cada noche dormíamos en un monasterio diferente. La última noche, hicimos como el grupo y nos levantamos a las tres de la madrugada para llegar a la cima al amanecer. Si lo hubiéramos sabido, creo que habríamos dormido más.
Después de cuatro horas llegamos y tuvimos dos malas noticias: la primera, era que el clima no nos era favorable (había mucha bruma). Y la segunda, era que desde hacía dos meses un teleférico estaba en servicio. Por esta razón había una multitud enorme esperando el amanecer. Fue una pequeñita decepción, pero guardamos un buen recuerdo de esta experiencia.
Imagen:Getty Images Signature
*Estudiante de Francia del curso Español 5
CEPE-Polanco, UNAM, Ciudad de México
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