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El chocolate: una historia

Elizabeth O`Brien*

El chocolate: una historiaTodos saben del sabor de chocolate y este aroma que lleva a la gente a algún sitio feliz. Piensen en las películas de Harry Potter, específicamente la película de Harry Potter y el prisionero de Azkaban. En este libro, Harry Potter se encuentra bajo el efecto del dementor, un monstruo que le roba a la gente sus recuerdos más queridos, y si no tiene mucha suerte, su alma. A pesar de un conjuro, ¿cuál es el antídoto? ¡El chocolate! Hay una escena en la que Harry Potter está en el tren y los dementores se embarcan en el tren. Empiezan a quitarle sus recuerdos, pero su profesor dice un conjuro de protección y los dementores vuelven al lugar de donde vinieron. Después el profesor les da a Harry y a sus amigos un trozo de chocolate para que se calienten y se recuperen. El efecto del chocolate es igual en la actualidad. Nos llena de buenos recuerdos cálidos y simula el efecto de estar enamorado. Tenemos que agradecerle el chocolate a México.

La tableta de chocolate a la que estamos acostumbrados no viene así, sino que viene de una planta que crece en ambientes tropicales, como la Amazonia y México. En México, la mayoría de los cacaos, o los árboles que producen el cacao, están ubicados en las regiones de Chiapas (qe genera 10 mil toneladas), Campeche y Tabasco (30 mil toneladas), además de las regiones de los mayas. Cada árbol produce entre 15 y 20 frutos y cada fruto lleva dentro entre 20 y 60 semillas de cacao. Hay tres tipos de cacaos, el criollo, el forastero y el trinitario. El criollo solo produce 10% del chocolate en el mundo. Con estas semillas se elabora un chocolate fino y exquisito pero es muy susceptible a las enfermedades. Lleva un sabor muy suave y con poca amargura. Una marca que usa este tipo de cacao es una marca italiana, Domori. El forastero es mucho más común, produce más del 80% del chocolate en el mundo. Es más resistente a las enfermedades, así que muchas empresas en el mundo lo usan para sus chocolates. Además, no requiere mucho trabajo mantenerlo vivo. El último tipo, el trinitario, es un híbrido de los dos anteriores y viene principalmente de Trinidad (en El Caribe). Tiene mucha resistencia a las enfermedades, como el forastero, pero tiene un sabor más suave, como el criollo.

Hay una leyenda del origen del chocolate. El dios Quetzalcóatl quería que los toltecas fueran fuertes, listos y de buena salud, que fueran artistas y artesanos, soldados fuertes, etc. Robó un árbol de cacao del paraíso de los dioses y lo plantó en Tula, México. Para que creciera bien, le pidió al dios Tláloc, quien era el dios de la lluvia, que trajera lluvia para regar la planta. Como la planta crecía, la diosa del amor y la belleza, Xochiquetzal, añadió flores. El árbol creció y dio fruto. Los toltecas se alimentaron de la planta y como Quetzalcóatl quería, ellos crecieron fuertes, listos y creativos.

El descubrimiento del chocolate ocurrió por accidente, como lo han documentado los arqueólogos. Antes de  1100 a.C., los nativos usaban las vainas o cáscaras del cacao para elaborar bebidas fermentadas con ellas. No usaban las semillas, las quitaban y guardaban la pulpa de las vainas. Pero hacia el 800 a.C. se dieron cuenta de que las semillas podrían ser usadas y empezaron a elaborar una bebida fermentada y amarga pero sin alcohol. Esta bebida se bebía para celebrar bodas o nacimientos o era conocida como la bebida de los dioses y solo para las élites. También, durante la época prehispánica, el cacao fue usado como moneda y como terapia o medicina debido a sus propiedades medicinales. El cacao y el chocolate fueron llevados a Europa por los españoles en el siglo XVI. Cuando los españoles lo llevaron a Europa, cambió todo. Solo los ricos y la aristocracia lo consumían, pero a partir de ahí llegó al resto del mundo. Con el matrimonio de Luis XIV, “el Rey Sol”, y la española, María Teresa, en 1660, llegó el chocolate a Francia y después, al resto del continente. En 1875, Daniel Peters, de Suiza, mezcló cacao con leche y azúcar. Rápidamente, el chocolate suizo se hizo famoso. Daniel había intentado hacer chocolate con leche años antes pero tenía problemas con la leche. No podía aguantar mucho tiempo sin estropearse. Habló con su colega, M. Henri Nestlé, el productor de papilla y quien creó el proceso de la conversión de leche líquida a leche en polvo. Con este producto, Peters pudo elaborar un chocolate con leche suave, sin estropearse. Lo convirtieron en barras y en 1879 los dos hombres firmaron un contrato para empezar Nestlé, una de las empresas de chocolate más famosas del mundo.

El chocolate ha evolucionado desde el primer momento en el que los indígenas bebieron aquella bebida alcohólica y amarga. Se ha distribuido por todo el mundo y, además de ser una bebida o un postre dulce, la gente usa el cacao en otros productos salados. Por ejemplo, los mexicanos lo usan en el mole, que lleva chocolate, una variedad de chiles, pimienta, clavo, canela, ajo, comino, anís y muchos ingredientes más. Hoy en día, la cocina es un teatro de experimentación y el chocolate es uno de los ingredientes usados para sorprender y dar ese toque especial y amoroso.


*Estudiante de Estados Unidos del curso Lengua y Cultura Mexicana
  UNAM-Chicago, Estados Unidos

Fuente de imagen: Foto de la autora


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