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Viajando por la Ruta de los Conventos de Morelos

Deborah Krichels*

Hace cinco años manejamos desde Maine, Estados Unidos, hasta el estado de Morelos, huyendo de la nieve de diciembre. Pudimos cambiarnos las ropas de lana sólo cuando vimos el ambiente de Nuevo Laredo y el desierto tamaulipeco con los cactos y las yucas. Cuando manejamos atravesamos la Sierra Madre Oriental, nadamos en el oasis de Matehuala. Pero me gustó llegar pronto a Morelos, porque siempre he querido más a la flora de esa región.

Ya en el mes de enero, durante una lenta recuperación estomacal, viajamos cada día por una de las rutas de los conventos. Las rutas entre los conventos están a 30 kilómetros de distancia entre sí, lo que los peregrinos caminan en un día. Nuestra peregrinación fue la siguiente:

Día 1: Comenzando en Oaxtepec, vimos el convento de Santo Domingo y el viejo hospital de Montezuma. El claustro funciona como centro cultural con biblioteca, pinturas murales y una colección de hierbas medicinales bien ilustrada. Me encantaron los arcos y las vistas de las ventanas. Sobre todo, me fascinó un árbol de clavellina. La naturaleza es notable y demuestra un fértil clima con mucha agua. Hay un edificio gótico sobre una colina donde antes había una pirámide, que se veía austera, pero magnifica.

Día 2: En Tlayacapan se puede hacer una larga caminata sobre los empedrados para ver algunas de las 26 pequeñas capillas muy elaboradas del siglo XVI. Tienen fachadas grandes con interiores diminutos; pudimos ver que la fachada enorme del convento San Juan Bautista es gótica, con aspectos renacentistas. Hay aquí edificios y puentes cerca del convento que muestran que el pueblo se planeó muy bien. Por suerte, se puede comer muy bien en una azotea mirando a las espaldas del monte Tepozteco.

Día 3: Después de tres semanas de viaje, disfruté mi primera comida de sopa y quesadillas frente a la iglesia monumental de Yecapixtla. El convento se construyó sobre el basamento de una pirámide, y el templo está decorado de una manera grandiosa, también con elementos prehispánicos. La pila bautismal y el púlpito labrado, al igual que el barandal del coro, son algo especial de ver. Es importante comentar un poquito del vecino convento, por su tamaño magnificado sobre la colina de una pirámide y su localización en este terreno fértil debajo de Popocatépetl.

Día 4: Jumiltepec ha sufrido unas modificaciones enormes y feas, por eso no voy a decir más. Pero el zócalo y los edificios de Ocuituco dan buena impresión por su tamaño y su arquitectura. Las pinturas murales y los mapas me hablan de las características de México antes de la Nueva España. En el muro hasta el tercer nivel, había un mapa en el idioma náhuatl de todos los conventos de Morelos. Era impresionante verlo.

Día 5: Podría hablar de Tetela de Volcán o de Hueyapan, pero sus iglesias estaban cerradas. Sin embargo, las vistas del Popocatépetl y de la Mujer Dormida fueron maravillosas, como maravilloso fue un bolillo que compré en Tetela. Aquí hay barrios con gente muy amable. Los caminos retorcidos cerca de Hueyapan eran difíciles por el terreno. Sin embargo, las vistas de las montanas son impresionantes.

 

Un mes después: Cuando ya estaba completamente sana, subimos al Tepozteco del hermoso Tepoztlán. En las calles del mercado, las mujeres con sus ramos de gordolobos me recordaban los que crecen en mi terreno en Maine. Como en los otros conventos de Oaxtepec, Tlayacapan, Yecapixtla y Ocuituco, en el de Tepoztlán existe una cuadra o plaza tan grande como un zócalo cerca del sitio. Los edificios de piedra con arcos múltiples y puertas de madera esculpida siempre son impresionantes.

De verdad, la restauración mas completa se observa en la catedral de Cuernavaca. Como en Tepoztlán, hay aquí una capilla abierta y gigantesca. Las capillas abiertas fueron construidas para los indígenas, que están acostumbrados a los templos abiertos. Dentro de la catedral había un espacio muy vacío, con énfasis en las líneas y formas de la nave. Eso es imponente, y el mejor de todos los conventos e iglesias en Morelos.

* Estudiante estadunidense del curso de Estrategias para Expresión Escrita