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Diego Rivera, México y nosotros

Damon Taylor*
Modelo del ritmo de cola-zouk
Niño y perro

Foto: http://www.mmoca.org/mmocacollects/artworks/nino-y-perro

Diego Rivera nació con un gemelo en Guanajuato el 8 de diciembre de 1886. Su hermano gemelo, Carlos María, murió un año y medio después de nacido. Y él murió el 24 de noviembre de 1957. Por razones que entiendo (soy un gemelo), y razones no entiendo, en sus 71 años él se convirtió y sigue siendo una voz a través de la cual los mexicanos (y los extranjeros) entienden y comunican cuál es su posición simbiótica entre su herencia prehispánica y española. Al mismo tiempo, la conversación que empezó no ha terminado. Mediante su arte, podemos todavía aprender más sobre la pregunta: ¿qué es lo mexicano?

Una de las esposas de Diego, la más famosa, Frida Kahlo, dijo que él "no era derrotista ni triste. Era fundamentalmente investigador, constructor y sobre todo, arquitecto en su pintura, en su proceso de pensar y en el deseo apasionado de estructurar una sociedad armónica, funcional y sólida."

Cuando Rivera se convirtió en un adulto en México, en el país ya había terminado el porfiriato y empezado la revolución de 1910. Además, el mundo ya había tenido su primera guerra mundial y las etapas iniciales de la lucha entre capitalismo y comunismo. Me imagino que estos cambios sociales en México y el mundo, así como las luchas entre ideologías, lo afectaron mucho a él y su visión como un artista y figura pública. Y esta visión es demostrada en su museo de Anahuacalli donde puedes ver uno de los edificios más peculiares del mundo y aprender cosas interesantes sobre Rivera y uno mismo. Por ejemplo, el dios Xochipilli era la deidad preferida de Rivera. Era el dios azteca de las flores, la belleza, el amor y el arte." Su nombre significa "príncipe o niño de las flores". Además, dentro del museo, puedes encontrar un letrero donde Susana Aviña Herrero escribió "El universo precolombino le permitió [a Diego] romper las barreras del tiempo y el espacio para centrar su mirada en la expresión profunda y directa de un arte puro." Me imagino que Diego había pensado que toda la gente son príncipes y si podemos romper las barreras entre uno y otro, podemos ver esta verdad profunda. Y si podemos entender esta verdad, podemos resolver nuestros problemas complejos y bailar, comer y contar el uno con el otro. He visitado este museo una vez y recomiendo bastante la experiencia.

* Estudiante estadounidense de Español 5
CEPE-Polanco, UNAM, México, D.F.