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¿La delincuencia juvenil es una falta de los padres o de los jóvenes?

Kelly Saillant*

Cada joven del mundo debe ser un elemento de desarrollo. Sin embargo, muchos de ellos se destruyen en malas acciones. Para mejorar el futuro de estos chicos, hay que pensar en esta situación. El cambio de esta manera de vivir es la responsabilidad de cada uno. A través de mis reflexiones, defenderé la idea de que la culpa es tanto de los padres como de los chicos. Por eso, los primeros tienen que cumplir su papel mientras que los últimos deben reflexionar antes de actuar y cumplir proyectos.

Pienso que hoy en día, tienen muchos más derechos los niños. Los padres son tan concesivos que no les prohíben nada a esas inocentes criaturas de Dios. A causa de eso, realizan todo lo que quieren o ven. Por ejemplo, sabemos que los padres utilizan la televisión para cuidar a los niños cuando se ocupan en otra actividad. Por otro lado, los programas fijan cualquier imagen: sexualidad, alcohol, robo, violencia, etc. Todo eso llama la atención. Los chicos se van a practicarlas y después siguen haciéndolas porque las disfrutan con mucho placer. A veces, los padres no se dan cuenta de la evolución. Así mismo, existe la culpa paterna, los chicos son razonables y diferencian lo malo y lo bueno.

Por otra parte, los jóvenes se vuelven sus propios destructores. Ciertas personas encargadas de ellos les muestran cada vez el mejor camino, las palabras de sabiduría. A pesar de eso, siguen una línea de dolor. No la reciben en casa sino que ahí es donde no les impiden nada. La influencia de otros amigos los empuja a este lado. Tal vez vieron a alguien que fumaba en una fiesta, en la playa y lo hicieron también. Además, cuando desean que otros los juzguen como héroes, hacen todo. Principalmente los hombres para parecer caballerosos.

Desde mi punto de vista, lo esencial es que los dos grupos saben que ambos son responsables de la delincuencia juvenil. Hay que elegir las causas y buscar la salida. El problema debe ser importante para ellos. Si se quedan sin pasar a la realidad el proceso nunca se terminará y seguiremos quejándonos en todos lados de que nuestros jóvenes son delincuentes.

Finalmente, según mi opinión, los dos grupos comparten la culpa. Los padres a causa de su tolerancia excesiva, su negligencia y su sensibilidad. Por otra parte, los jóvenes se dirigen por sí mismos hacia la delincuencia con diferentes motivaciones. Pero no es un caso perdido. Si lo intentan, veremos un futuro casi sin delincuencia. Hay que planear cómo derrotarla, así tendremos jóvenes útiles.

* Estudiante haitiano de Español 4
CEPE-Taxco, UNAM, México.