Loy Krathong, fiesta nacional de Tailandia
Pierre Berube*
Hace dos años, tomamos un avión para Tailandia. Después de 16 horas de vuelo, aterrizamos en el aeropuerto de Bangkok en la mañana del 25 de noviembre del 2015. Pasamos por inmigración antes de ir a pedir nuestro equipaje y fuimos hacia las aduanas. Cambiamos unos dólares por un montón de baht antes de dirigirnos a nuestro hotel.
Uno de los objetivos de nuestro viaje a este país era presenciar el festival Loy Krathong, el cual se celebra en la noche de luna llena del duodécimo mes del calendario lunar tradicional tailandés. Para nosotros, occidentales, viene a coincidir normalmente con el mes de noviembre de nuestro calendario. Ese año coincidía con la fecha de nuestra llegada a Bangkok.
Se dice que el festival tuvo su origen en el festival hindú del Diwali en el que los hindúes expresan su gratitud a la deidad del río Ganges por la vida otorgada a lo largo del año. El festival tailandés habría sido adaptado por los budistas tailandeses como ceremonia para venerar al Señor Buda.
El Loy Krathong es un evento anual que se celebra en toda Tailandia. Loy significa flotar. Krathong es una balsa que mide más o menos una veintena de centímetros. Para esta ocasión, la gente fabrica pequeñas balsas con una sección del tronco del banano o cualquier otro material ligero y aislante como el styrofoam, las decora con hojas de banano, flores y lamparillas, varillas de incienso, etc., y las hace navegar por el río. Uno que otro agrega unas monedas, lo que hace felices a los niños que irán de pesca a los krathong para recuperarlas tras la celebración.
Numerosos son los tailandeses para quienes hacer flotar su krathong les traerá la felicidad y lo hacen para agradecer a la diosa tailandesa del agua Phra Mae Khongkha por la abundancia del arroz cosechado. Además, esta tradición simbolizaría el abandono y vencimiento de todos los resentimientos, enfados, errores y puntos débiles de cada uno, a fin de hacer borrón y cuenta nueva. Los departamentos gubernamentales, grandes empresas y otras organizaciones construyen versiones grandes y sofisticadas de esas balsas y las inscriben en concursos. Como teníamos un par de horas libres antes del anochecer y como estábamos cansados, decidimos echar una siesta. Cuando nos despertamos, ya las celebraciones habían empezado y pudimos asistir desde el balcón de nuestra habitación a un espectáculo alucinante: la bóveda celeste fue iluminada por millares de linternas de papel voladoras. Además de los krathong que hacen navegar por el río Chao Phraya, los tailandeses suelen volar linternas de papel. Alimentadas por fuego, las linternas suben con el aire caliente que sale de las llamas en su base. Luego, se desencadenó por el cielo de Bangkok un ballet celestial de fuegos artificiales cuyo ruido ensordecedor competía con la música proyectada por las bocinas que las autoridades municipales habían colocado en las calles.
Otro día les contaré la leyenda de Naang Noppamart, que fue la consorte del rey Loethai de Sukhothai (siglo XIV) y la primera en hacer flotar krathong decorados.
*Estudiante canadiense del Taller Por y para en las fiestas populares mexicanas.
UNAM-Canadá.
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