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Las contribuciones de Haití a la liberación y emancipación de las naciones latinoamericanas

El 1 de enero de 1804, Haití proclamó su independencia y al mismo tiempo dio el pistoletazo de salida a la rehabilitación de los pueblos sometidos a la opresión del sistema colonial europeo. Este acto, inicialmente simbólico, tuvo impacto en América a lo largo del siglo XIX, sobre todo bajo la influencia directa de los líderes haitianos. Soldados, dinero, armas: la joven nación contribuyó a la liberación y emancipación de naciones latinoamericanas como México, Venezuela, Cuba, Colombia, República Dominicana...

La Revolución haitiana

En Vertières, el 18 de noviembre de 1803, el ejército indígena comandado por Jean-Jacques Dessalines infligió una amarga y definitiva derrota al ejército francés. El 1 de enero de 1804 Dessalines, acompañado de sus generales, proclamó la independencia de Haití. Los haitianos se convirtieron así en el primer pueblo en vencer el colonialismo y la esclavitud instaurados por los europeos y conservados por los estadounidenses tras su independencia. Como consecuencia, Haití fue visto como una amenaza para el sistema de beneficios y prosperidad de los imperialistas: la esclavitud. Por ello, lo aislaron y combatieron para sofocarlo. A pesar de estas estratagemas, la nación "negra" se aventuró a participar en la liberación y emancipación de las naciones latinoamericanas del sistema colonial europeo.

Contribuciones simbólicas de la revolución haitiana

Tras el 1 de enero de 1804, la mayoría de los líderes rebeldes de América eran antiguos esclavos que habían residido o permanecido en Saint-Domingue (Haití antes de 1804), como Charles Deslondes en Luisiana en 1811, o los conspiradores que querían "incendiar lo mismo que Saint-Domingue" en Barbados en 1816 (Rose-Mie, 2003, p. 218) o Francisco Miranda, que quería que México, Venezuela, Chile, entre otros, "se convirtieran como Saint-Domingue en un teatro de sangre y crimen, bajo el pretexto de establecer la libertad" (Bohôrquez, 2003, p. 228) . En 1805, en Brasil, los negros libres y las milicias mulatas llevaban al cuello medallas con la efigie de Dessalines (Léonard, ibíd.). En Cuba, en 1812, José Antonio Aponte, un negro libre, llevaba imágenes de Toussaint, Dessalines y el rey Christophe y dirigió una revuelta de esclavos, prometiendo a sus colaboradores la ayuda de soldados haitianos; en 1836, los oficiales descubrieron que un sombrero de plumas que representaba a los jefes de Estado haitianos había sustituido por la corona real, símbolo de la monarquía española (ibíd.). La Revolución haitiana también inspiró importantes rebeliones de esclavos en Estados Unidos: en Virginia en 1800 con Gabriel Prosser, en Charleston en 1822 con Denmark Vesey (ibíd.).

Los trabajos de David Brion Davis (2001) en Estados Unidos, Mimi Scheller (1996) en Jamaica, Robert Paquette (1988), Ada Ferrer (1999) en Cuba y Marixa Lasso (2001) en Colombia, demuestran que Haití también fue un punto de referencia para la organización social y política en América durante el siglo XIX. Por ejemplo, como lo señala Rose-Mie Léonard (op. cit, 218-219), en Jamaica, en 1833, tras la abolición de la esclavitud, los negros sugirieron que, para acabar con la injusticia y la opresión que reinaban en la isla, era necesaria una revolución al estilo haitiano. En 1890, en Cuba, los negros que vivían en las barriadas, en sus oraciones, cantaban que Haití y la República Dominicana eran países donde se respetaba a los ciudadanos (ibíd.).

El 22 de julio de 1818, el embajador estadounidense en Francia, Albert Gallatin, escribiendo sobre la emancipación de los estados latinoamericanos, dijo al Secretario de Estado John Adams: "Cito Saint-Domingue como prueba de que incluso los esclavos pueden establecer un gobierno de hombres procedentes de su propia raza y totalmente independientes al menos de sus antiguos amos" (Louis Mercier, 1949, p. 65). Rufus King, embajador estadounidense en Gran Bretaña, en una carta del 29 de octubre de 1825 al Secretario de Estado Henry Clay, relativa a México, Colombia, Chile y Argentina, también tomaba a Haití como ejemplo (ibíd.).

Contribuciones activas de Haití

Durante el siglo XIX, los líderes haitianos apoyaron varias expediciones para liberar a los pueblos latinoamericanos. En 1806, Francisco Miranda hizo escala en Haití y se reunió con Jean Jacques Dessalines, quien le aconsejó cómo llevar a cabo su expedición para liberar Venezuela (Clément Thibaut, 2003). En 1808, Alexandre Pétion, que gobernaba en el oeste y el sur tras la muerte de Dessalines el 17 de octubre de 1806, recibió a Francisco Mina y le dio armas, municiones, dinero y barcos para ayudar a los mexicanos a librarse del control español (Mercier, op. cit, 63; Léonard, op. cit, 213). En 1815, tendió una mano fraternal y de ayuda a Don Pedro Girard, un segundo mensajero mexicano (Mercier, ibíd.).

         En diciembre de 1815, el mexicano Louis Aury llegó a Haití con Simón Bolívar, que tantos reveses había sufrido en su lucha por la independencia de Nueva Granada (Colombia y Ecuador) del yugo español (ibíd.; Marion, 1849). Bolívar conoció a Pétion en Puerto Príncipe y se hicieron buenos amigos. El Presidente haitiano ordenó que se prestara la mayor ayuda posible a Bolívar, que salió de Haití con todos los medios necesarios para triunfar. Sin embargo, de acuerdo con la promesa hecha a Pétion, tuvo la desgracia de proclamar la libertad general de los esclavos, liberando primero a los 1500 que poseía. Esta medida disgustó a los oligarcas. Por ello fue traicionado, abandonado y combatido (Mercier, ibíd.).

Exiliado en Jamaica con sus compañeros de armas y sus familias, Bolívar escribió el 19 de diciembre de 1815 a Alexandre Pétion, buscando refugio y nuevos apoyos financieros y militares para una nueva expedición. El 10 de julio de 1816, desembarcó de nuevo en Haití, en la ciudad de Los Cayos. Tras visitar a Pétion, abandonó la costa haitiana con una ayuda consistente en siete barcos, 1.500 fusiles, 15.000 libras de plomo, 15.000 libras de pólvora, víveres, 2 millones de francos y voluntarios haitianos (Mercier, ibíd.). Antes de que Bolívar partiera, se dice que Pétion le dijo: "Ve y sal victorioso esta vez" (ibíd.). Así, el Libertador liberó Bolivia, Colombia, Ecuador, Panamá, Perú y Venezuela.

Fabre Geffrard y Nissage Saget, presidentes de Haití de 1859 a 1867 y de 1869 a 1874 respectivamente, ayudaron a la República Dominicana a mantener su soberanía e independencia frente al deseo del presidente Buenaventura Báez de entregar el país a España y convertirse así de nuevo en colonia. Nissage Saget ofreció asilo a los resistentes dominicanos, les dio hombres, armas, municiones y dinero para ahuyentar a Báez. Tras la aventura, uno de los revolucionarios y posterior presidente, Gregorio Luperón visitando Haití, escribió al presidente Saget para darle las gracias: "Mi involuntaria estada en esta rada, luchando con infinitas contrariedades, me ha dado lugar a estimar vuestros nobles esfuerzos por ayudarme a vencerlas y ellas han sido vendidas por fin por vuestro decidido concurso. ¿Qué podré yo hacer para retribuir tantos servicios? Nada, nada más que ofreceros desvelarme por hacer efectiva la paz, la amistad y la más cordial fraternidad entre los dos pueblos que habitan la isla" (Objío, 2004, p. 260).

Haití también se enfrentó a Estados Unidos para defender la independencia de la República Dominicana en 1870. El presidente estadounidense Ulysses Grant negociaba con el presidente Báez la anexión de la parte oriental de la isla. A pesar de las amenazas y advertencias, el presidente haitiano Nissage Saget lanzó una campaña mediática y diplomática en Estados Unidos con su embajador Stephen Preston, al tiempo que apoyaba a los rebeldes en territorio dominicano, para derrotar el proyecto (Dorsainvil, 1934, p. 298).

Conclusión

En definitiva, ¿sigue siendo Haití una tierra de libertad y emancipación, incluso para sus propios hijos? Desgraciadamente, la deslealtad de algunos hijos bajo los efectos postraumáticos del sistema colonial y el neocolonialismo de las potencias extranjeras que, desde el día siguiente al 1 de enero de 1804, se vengan de los haitianos por haber mostrado a las naciones colonizadas el camino de la libertad y la independencia, no hacen que la respuesta sea evidente. En cualquier caso, esperamos que la providencia recompense al destino según sus méritos. Y Haití tendrá un dividendo proporcional a su dedicación en la liberación y emancipación de las naciones latinoamericanas a lo largo del siglo XIX. Como prima, por su apoyo a grandes pueblos contra colonos y tiranos: los estadounidenses contra los ingleses en 1779 en Georgia y en 1812 en Nueva Orleans; los griegos contra los turcos en 1822; los etíopes en 1896 contra los italianos; los judíos polacos contra el "pogromo" en 1830, los judíos de toda Europa contra el nazismo, entre otros.


Bibliografía

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o   D’ANS, A.-M. (1987). Haïti: Paysage et société. KARTHALA.

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o   Objío, Manuel Rodriguez. (1939). Gregorio Luperón e historia de la Restauración. El Diario. https://archive.org/details/in.ernet.dli.2015.183674/page/n5/mode/2up

o   Marion, C. (1849). Expédition de Bolivar. Port-au-Prince. Imprenta de Jh. Courtois.

o   https://books.google.ht/books?id=QVYrAAAAYAAJ&hl=fr

o   Thibaud, C. (2003). « Coupé têtes, brûlé cazes »: Peurs et désirs d'Haïti dans l'Amérique de Bolivar. Annales. Histoire, Sciences Sociales, 58 (2), 305-331. https://www.cairn.info/revue--2003-2-page-305.htm

Imagen del autor

*Estudiante de Haití del curso Español
Profesora: Maricela Gómez
Universidad Estatal de Haití


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