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El dinero del futuro

Roger Verreault

Este siglo XX, que se ha destacado por su ciencia y tecnología, se termina con un desafío sin precedente para los informáticos, el desafío del "virus del año 2000".

En lo que respecta al dinero, el nuevo siglo será un reto, más que para los informáticos, para los expertos en finanzas y para los políticos del mundo entero. Recientemente vi una serie de artículos en la revista "Discover" de noviembre de 1998 que llamaba la atención sobre los recientes efectos nocivos que la tecnología tiene sobre el dinero.

¿Desde cuándo usamos dinero? Algunos expertos suponen que se usaron ciertas formas de dinero por primera vez a partir de los siglos VII o VI A.C., mientras que otros sitúan su existencia en el año 2500 A.C., entre los mesopotámicos. En esta época se usaron pedazos de plata, pepitas de oro, anillos en espirales enormes y lingotes impresionantes. Eran aleaciones llamadas electrum, que sirvieron a estas sociedades durante mucho tiempo. En cuanto al papel moneda, apareció mucho más tarde, en 1295, en Europa, cuando Marco Polo regresó de China con la noticia que existía ese tipo de dinero. Parece que esta noticia no tuvo mucho efecto, puesto que no fue sino hasta el siglo XVII cuando los gobiernos europeos y americanos empezaron a usar papel moneda de manera oficial, por ejemplo, para pagar a sus soldados.

En este siglo XX, es posible que las tecnologías que usamos para fabricar dinero se hayan desarrollado demasiado lentamente en comparación con las otras tecnologías de nuestro vivir cotidiano, y que pronto vayamos a sufrir sus consecuencias. Hasta los vínculos entre algunas naciones y la cohesión social entre determinadas partes del mundo podrían verse próximamente perturbados. Por ejemplo, en virtud de la informática, sólo en los cinco últimos años el índice de billetes falsos que circulan en nuestras sociedades norteamericanas ha alcanzado un nivel sin precedente, y la tendencia continuará, puesto que las fuerzas de la ley no pueden actualmente contrarrestarla. Hoy en día, basta con computadoras ordinarias dotadas de registradores digitales e impresoras de color de buena calidad para reproducir billetes capaces de engañar los ojos del más experimentado empleado de banco, así como a muchas máquinas automáticas que encontramos en centros comerciales, aeropuertos o casinos.

Otro obstáculo que se presentará a partir del año 2000 será el siguiente: puesto que casi todas las divisas del mundo se calculan y se transmiten de manera electrónica entre la mayoría de las instituciones financieras, si se producen errores de fechas en ciertos sistemas, estos tendrán un efecto muy perturbador en ciertas poblaciones menos favorecidas que la nuestra. Entrarán en juego ladrones cibernéticos y también podría provocarse una paranoia pecuniaria que conduciría a diversos eventos dramáticos.

Como estas tendencias se mantienen, ciertos futurólogos ya predicen que el dinero en efectivo desaparecerá, y que habremos de adaptarnos a un dinero virtual, con lo cual las transacciones anónimas desaparecerán. Con gran rapidez cambiará asimismo la idea que tenemos del comercio, y se desarrollarán transacciones semejantes al trueque, aunque se tratará de trueques electrónicos. La firma de un documento o de una transacción se hará estampando nuestro pulgar sobre una placa electrónica, o hablando en un programa que reconoce la voz, o mirando al raso en un aparato que analiza la retina del ojo.

Virtualia:Cibercultura y nuevas tecnologías. Propuesta para resolver el problema del 2000 en las computadoras