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Se conmemora en febrero el Día Internacional de la Lengua Materna Revertir siglos de represión

Fernan Carrière

El diario La Jornada reportó en su edición del 22 de febrero que un juez estadounidense había ordenado “a una mujer mixteca de 18 años a que aprendiera inglés y llevara a cabo algún tipo de control natal”. Según el reportaje, el juez explicó que lo hizo para que la niña de la mexicana no perdiera “las oportunidades que ofrece Estados Unidos por la inhabilidad de su madre de comunicarse en inglés”[1].

La Jornada presentó esa noticia como otro ataque contra inmigrantes en Estados Unidos. Aunque sea verdadero, creo que, más profundamente, ese tipo de comportamiento procede de los vestigios del imperialismo europeo en todas las Américas, ya sea inglés, español, francés o portugués. Sería deseable que esa herencia racista estuviera caduca.

Debido a gestos similares, reproducidos infinitas veces desde hace siglos, no es sorprendente que se logre crear un sentimiento de desvalorización en comunidades inmigrantes o indígenas. El juez estadounidense no ponía en peligro el idioma castellano pero daba a entender a todos que hay únicamente uno, el inglés, que cuenta en Estados Unidos. Las comunidades indígenas lo han comprendido desde hace mucho tiempo.

La Organización de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) estima que más de la mitad de las 6 000 lenguas del mundo están en peligro de extinción[2]. Entre ellas está el idioma gaélico en Escocia e Irlanda, que tiene larga historia y corpus literario. Muchas lenguas regionales europeas fueron reprimidas lo mismo que las lenguas indígenas en todas partes del mundo, principalmente durante el último siglo. Se considera que solamente el 40% de los catalanes utilizan su lengua materna en la vida cotidiana[3].

Hoy todavía, las lenguas originarias de las Américas siguen siendo sometidas a presión intensa. Aunque algunas resistan más que otras, tal como el quechua en los Andes[4], la mayoría están amenazadas. El primer director general del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI), Fernando Nava López declaró que se intenta salvar alrededor de 20 lenguas de un total de 62 que sobreviven en México, “luego de que en el siglo XVI había unas 170”[5]. Para frenar ese proceso de desaparición, Nava afirma que es urgente revertir estereotipos negativos sensibilizando tanto a la población mestiza como a la que habla lenguas indígenas.

Sin embargo, hay que reconocer que existe en nuestras sociedades, una nueva corriente para valorar la diversidad cultural. Ayer se conmemoró en algunos lugares el Día Internacional de la Lengua Materna (pero no en Norteamérica). En la ciudad de México, durante el fin de semana, tuvieron lugar muchas actividades en el Museo Nacional de Culturas Populares: reflexiones, cantos y poesía en lenguas indígenas, como el zapoteco, el náhuatl y el trique[6].

Otra manifestación de ese movimiento es la salida reciente de la película “Spanglish”[7]. Al notar que no hay relación entre el título de la película y su tema, un columnista del diario angelino La Opinión opina que tiene que ver con una palabreja, un gancho para atraer la atención de la gente. Llega a la conclusión de que “estamos ante una nueva ´marca´ social, capaz de vender por sí misma los más diversos productos culturales, empezando por la literatura y la música”[8].

¿Será el todopoderoso mercado el que logrará fosilizar jueces anticuados? No estoy

convencido.

* Estudiante de Español Intermedio I
UNAM-ESECA en Gatineau, Quebec, Canadá
Escribe al autor: Fernan Carrière

El dueño del cerca del junto, fragmento del vitral realizado en técnica de vitrofusión. Propuesta plástica de Enrique Dufoo Mendoza. Fotografía: Emma Jiménez Llamas.