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La yerba mate y yo

Gilles Desruisseaux

Ya no bebo mate. Mi aventura con esa yerba empezó cuando leí un artículo sobre Argentina que apareció en mi periódico preferido. Me di cuenta de que esa yerba tiene una importancia preponderante en la vida individual y social de ese país y que no conocía nada sobre su origen, su consumo y sus cualidades.

Mis primeras investigaciones en la red electrónica fueron más interesantes que útiles. Descubrí entre otras cosas que la traducción en español de una película en francés llamada simplemente "Tango" era "La maté porque era mía". Sin embargo, mi perseverancia fue recompensada y encontré la información que estaba buscando.

Llamada también té del Paraguay, té de los jesuitas u oro verde, la yerba mate (Ylex Paraguariensis) es una planta nativa del Paraguay. Los indios guaranís la han utilizado desde hace muchos siglos y, después de la conquista y la colonización españolas, los jesuitas generalizaron su cultivo, enlazando así tradiciones y costumbres de Paraguay, Argentina, Uruguay y partes de Chile y Brasil.

Con la yerba mate se hace una infusión que se consume la mayoría de las veces caliente, pero algunos la prefieren fría (en las playas de Brasil). Se la puede tomar echándola agua caliente directamente a la yerba y succionando el líquido con una bombilla. La yerba mate actúa como estimulante natural por su contenido de mateína; no produce hábito y es más sana que el té y el café. Activa la vida cerebral, excita el aparato locomotor y demás funciones del organismo. Tiene también propiedades digestivas y laxativas. Esa planta contiene prácticamente todas las vitaminas indispensables para la vida, y también fósforo, hierro y calcio. La producción de yerba mate es una industria de 350 millones de dólares que da empleo a más de 400 000 trabajadores.

La potencia de la yerba mate es tal que se deja en infusión varias veces, así que su consumo se volvió en ritual social. Se prepara en un recipiente llamado mate que tiene forma de pera y es hecho de madera, de calabaza o de plata. Después de que un comensal ha bebido todo el líquido en el mate, se añade agua a la yerba para que otros bebedores la reutilicen. Es un ceremonial parecido al de la pipa de la paz de los indios norteamericanos o al de los norteamericanos contemporáneos que fuman otras yerbas de América Latina.

Busqué y encontré yerba mate en una tienda de Ottawa y empecé a tomarla. Sus efectos fueron muy agradables e interesantes. Después de algunos días, me sentí más fuerte, más vigoroso, y me di cuenta de cambios en mi personalidad, lo que es fácil porque soy Géminis. Tuve la impresión de que era más inteligente. Los yeísmos invadieron mi pronunciación en español. Tenía un complejo de inferioridad cuando era solamente inteligente como mis compañeros de clase y ellos empezaron a llamarme "che". A pesar de que todos esos efectos me preocuparon un poquito, vivir tan cerca del cielo acalló mis inquietudes.

Por supuesto, todavía estaría bebiendo mate si no hubiera leído otro artículo en mi periódico preferido. Fue entonces cuando supe lo que estaba pasando: según ese artículo, mi distribuidor de yerba mate estaba detenido porque añadía LSD en su yerba mate. Aunque pudiera comprar mate de otros distribuidores, tuve miedo y decidí no tomar más mate antes de que me mate.

PD. Los efectos de la yerba mate no habían totalmente desaparecido cuando este artículo fue escrito.