LOADING

Jacques Cousteau

Yolande Bernard

El Ulises de los tiempos modernos

Quién no ha oído hablar del comandante francés Jacques Ives Cousteau, ese aventurero de los mares. Recorrió los ríos más famosos del mundo, el Nilo, el Danubio, el Amazonas, así como los mares y océanos del mundo entero.

No emprendió la conquista del mundo submarino de súbito. Mucho antes de empezar sus exploraciones, se asoció con ingenieros para inventar un aparato que le permitió ir bajo el agua a decenas de metros. Fabricaron un compresor equipado con escafandra autónoma. Así, en 1943, Jacques Cousteau fue el primer hombre en desplazarse con toda libertad bajo el mar. También perfeccionó la primera cámara submarina, esta vez con la ayuda de otro ingeniero. Su asociación con especialistas en ramas específicas le permitió lograr el éxito que tuvo. Este es un aspecto que vale la pena subrayar.

Sus hazañas se extendieron mucho más allá de la sola exploración de los ecosistemas marinos. Lo que llama la atención es que se involucró a nivel mundial no sólo con fines de proteger los recursos existentes, sino también para asegurarse que las generaciones futuras pudieran gozar de ellos. Por ejemplo, logró que fue decretada una moratoria de 50 años sobre la explotación de recursos de la Antártida. Lo extraordinario es que, además de llamar la atención de organizaciones internacionales, consiguió su colaboración y su apoyo. Con la UNESCO y las Naciones Unidas, fundó diversos grupos de estudios e investigaciones submarinas.

Con sus películas y reportajes en la televisión, reveló las bellezas del mundo submarino al gran público y atrajo la atención sobre las amenazas que pesan sobre los ecosistemas acuáticos. Y poco a poco logró despertar la conciencia del público frente a la importancia de cuidar nuestros ríos, pequeños y grandes.

Personajes como Jacques Cousteau tienen un papel importantísimo en la educación del público en general. Hizo soñar tanto a los jóvenes como a los mayores enamorados de aventuras. El solo hecho de escuchar sus relatos y seguirlo en sus descubrimientos basta para inducir a cualquier persona a salirde aventura. Salir, sea a un país caluroso del sur, sea al norte, no importa. Lo importante es salir, cumplir un sueño largamente acariciado.

Tal hombre merece nuestra admiración. Ahora que ha muerto, quién va a seguir su obra de protector de los recursos marinos, defensor del medio ambiente y modelo para los jóvenes? Sueño que sea cada uno de nosotros.