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Los juegos de poder en álbum de familia

Douglas Weir*
Los juegos de poder
Foto: http://art7a2011.blogspot.com/2011_04_01_archive.html

En México las circunstancias de las mujeres son muy limitadas y muy precisas. La que quiere ser algo más o algo menos que hija, esposa y madre, puede escoger entre convertirse en una oveja negra o en un chivo expiatorio; en una piedra de escándalo o de tropiezo; en un objeto de envidia o de irrisión.

Rosario Castellanos.

Preámbulo

Hemos elegido en especial el último cuento titulado "Álbum de familia"  del libro de cuentos también llamado Álbum de familia porque en este largo relato hay un rico repertorio de los personajes femeninos. Estas mujeres no son comunes y corrientes, son escritoras, profesoras de literatura y estudiantes de literatura. Además de ser madres, esposas, solteras, divorciadas. Con mentalidad tradicional o liberal. Así como con diferentes opciones de vida. Y elecciones de su propia existencia. Con valentía y honestidad se desnudan ante nosotros con sus fantasmas, sus miedos e incertidumbres. Sin olvidar una lucha a muerte entre ellas. Una competencia feroz y despiadada. El cuento se convierte en un concierto de diálogos hirientes y maldicientes. En donde cada una de ellas va atacar a otra en particular o a todas en su conjunto. En ese sentido el cuento nos presenta una extensa y nutrida serie de diálogos. Todas las mujeres participan en una especie de juicio. Y pueden mostrarse como defensoras y jueces; y lo interesante es que siempre se asumen como prisioneras.

-Muy bien señoras- concluyó abruptamente Aminta, puesta de pie, despabilada de nuevo-: una vez terminado este Juicio Final en el que cada una de nosotras fue alternativa o simultáneamente defensor, juez y verdugo, pero siempre reo, ¿no sería posible comer algo?[1]

Mujeres vs mujeres

En el cuento Álbum de familia, las mujeres se destruyen sin cuartel unas a otras. En esta narración no hay personajes masculinos en roles protagónicos. Y, sin embargo nos muestra una lucha por el poder por parte de las mujeres y tal vez por ello, los diálogos entre ellas cobran una fuerza única y devastadora.

La autora nos muestra el lado oscuro de sus personajes. Su lenguaje muestra un juego sucio. Las conversaciones que se dan entre las protagonistas son una hoguera donde se inmolan movidas por envidias, soberbias, rencores y resentimientos. La fuerza de sus agravios es tanto más palpable cuanto más gratuita. Estos diálogos agrios de las mujeres son la superficie que, dejan ver un trasfondo. ¿Qué hay debajo? Por parte de Rosario Castellanos, una reflexión acerca de la poesía, la literatura y la vocación literaria, que según la propia escritora es la base del cuento cuando lo ideó. Entre otros muchos temas.

También pueden identificarse el matrimonio, el exilio, las relaciones de pareja, la renuncia al amor, la gloria literaria y la fama, la condición de mujer escritora, la virginidad y la soltería, el manejo estatal del escritor, el papel de los hombres en la vida de una mujer que se dedica a las letras, la maternidad, la amistad, los premios literarios, la crítica, los hombres, la decrepitud y la enfermedad, el cambio generacional, el éxito y el fracaso, el egoísmo, la envidia, la castidad, la soledad, el miedo de vivir, la simulación.

Es un catálogo de gran riqueza. Esta obra es una sucesión de todos los problemas que aquejan a las mujeres, particularmente a las de alta cultura, expuestos en certeros y acres diálogos. El insulto es aquí la forma de discutir y la escritora no tiene misericordia alguna con sus personajes.

En este cuento se advierte la concepción de los personajes como si fueran seres visibles al microscopio. Se trata de un análisis quirúrgico de estas mujeres. Y el resultado es una disección minuciosa de sus personajes que separa todas las capas y membranas de sus envolturas.

La actitud reflexiva que tanto le interesa a Rosario Castellanos tiene un enorme campo aquí para multiplicarse. De hecho, aunque todos los personajes tienen rasgos distintivos, Matilde Casanova (escritora laureada), Victoria Benavides (exalumna y secretaria), Cecilia (estudiante de literatura), Susana (estudiante de literatura), Josefa Gándara (ex-alumna, madre de 3 hijas, escritora de poemas y profesora de Literatura), Aminta Jordán (ex alumna, escritora con éxito por su postura liberal con los críticos y la prensa) y Elvira Robledo (ex alumna, profesora de preparatoria, divorciada), sin olvidar a la periodista (sin nombre) aunque son diversas y una al mismo tiempo. No son personajes redondeados, sino voces, diálogos y encarnaciones de defectos. Rosario Castellanos exorciza a estas mujeres y con ello quizá se exorciza a sí misma.

Analisis del cuento "Álbum de familia"

Podríamos analizar el cuento así:

TEMA: Reunión de mujeres -que mantienen entre sí parentesco académico- (maestra y exalumnas, nuevas generaciones de alumnas de Filosofía y Letras) que se congregan para felicitar a la poetisa galardonada Matilde Casanova. La conversación de las mujeres se torna en un tribunal: unas a otras se juzgan, se atacan, se recriminan, se envidian. Al mismo tiempo, hay una reflexión acerca de la vocación literaria, la literatura, la poesía. Así como el rol de la mujer dedicada a la literatura.

TIEMPO: El tiempo del relato es un "hoy", especificando la hora de la reunión a las once la mañana, momento en el cual las alumnas y exalumnas se reunirán con la poetisa galardonada Matilde Casanova.

ESPACIO: En la sala y el comedor de Matilde Casanova. Su casa está ubicada cerca del mar. Y ese lugar es conocido como "El Olimpo"

NARRADOR: Es un narrador omnisciente en tercera persona. El cual utiliza: la descripción, la narración, los diálogos.

Diálogos como puñales

A la autora le preocupaba que sus diálogos no fueran naturales, sin darse cuenta de que en su artificio está su mérito. Castellanos aún arrastra como lastre esa idea de que los personajes deben hablar como lo harían en la realidad. No reconoce que sus diálogos son perdurables porque los anima la invención, no la copia de un tono coloquial y descuidado. La autora no puede disimular la concepción escenográfica que desarrolló al escribir este cuento como si fuera una obra de teatro. Es fácil imaginarse sentado en una butaca presenciando una escenificación y para ello nada mejor que un discurso dialogado. Son diálogos precisos e inteligentes, además de muy agudos y mordaces.

Nos permitimos citar in extenso, los siguientes diálogos entre la periodista y Victoria Benavides, porque los consideramos parte medular del relato. En este diálogo queda claro porque se le dio el premio de la Naciones a Matilde Casanova, así como el papel desempeñado por México en el mundo. Por otra parte se dice que el premio es importante pero que se le otorgó a una mujer porque lo que escribe no perjudica a nadie.

Los lectores de otros idiomas pueden realizar el ejercicio de leer en voz alta (uno como la periodista y otro como Victoria Benavides). También pueden señalar los modismos, los refranes, las metáforas, y percibir la ironía de estas mujeres. Como los diálogos son muy largos, conviene leerlos lentamente y, en la medida de lo posible, disfrutar los juegos de palabras. Descubrir nuevos modismos, entre ellos "no come lumbre", o el significado de la expresión: "¿tengo cara de chuparme el dedo o facha de estar loca?", o "machetazo al caballo de espadas" o "barájame más despacio", entre otros. Disfruten el diálogo.

-No creo que la señora Casanova sea tan imprudente para rechazar así a la prensa, cuando tiene tanto que agradecerle.

-Y tanto que temerle ¿o no era eso lo que quería usted decir? Matilde es imprudente pero no come lumbre. Con los periodistas del mundo entero, ha sido más que amable: ha sido pródiga. Los ha recibido como gremio y como individuos, se ha enfrentado con todas las indiscreciones que parecen ser el signo distintivo de esta profesión, ha perdonado las impertinencias de los audaces y las reiteraciones de los ignorantes, ha rectificado los errores de los precipitados y no ha insistido en corregir las aseveraciones de los malevolentes. ¿Qué más pide usted?

-Mi parte. Lo que Matilde ha hecho lo ha hecho con otros, en otros lugares. Yo ni siquiera la conozco.

-¿Qué me das si te dejo pasar? El borriquito que viene atrás. Así dice el juego infantil. Recuerdo la letra pero no acierto a recordar la música.

-Será porque no tiene música.

-¿No? Yo hubiera jurado Es curioso el funcionamiento de la memoria. Desde que llegamos a México no han cesado de representárseme imágenes que yo creía borradas para siempre. Pero discúlpeme, no son mis confidencias las que le interesan, sino las de Matilde.

-Tampoco es Matilde. Es el único Premio Internacional que hasta ahora se ha discernido entre los escritores mexicanos. Y el tercero que se concede a un escritor hispanoamericano.

-Sí, Hispanoamérica ha sido muy favorecida por la naturaleza y muy poco por la cultura.

-Además, en dos casos, se trata de mujeres.

-¿Es usted feminista?

-¿Tengo cara de chuparme el dedo o facha de estar loca? No, de ninguna manera soy feminista. En mi trabajo necesito contar con la confianza de los hombres y la amistad de las mujeres. En mi vida privada no he renunciado aún ni al amor ni al matrimonio.

 

-¿Y cómo interpretan me refiero a los que enarbolan el pendón del machismo nacional-, cómo digieren, cómo soportan, cómo perdonan el triunfo de Matilde?

-Como cualquier otro campeonato. El campeón desaparece tras el halo de gloria y el mérito se reparte entre todos sus compatriotas.

-Aun entre los que pusieron los mayores obstáculos para que la hazaña se llevara a cabo.

-Especialmente entre ellos, si no me equivoco y usted se ha referido a los colegas de Matilde. Yo hice una encuesta que ningún periódico se atrevió a publicar, como era de rigor (porque Matilde Casanova es una institución intocable ya como Cantinflas o Rodolfo Gaona o qué se yo), en la que recogí versiones muy interesantes y contrapuestas respecto al famoso Premio. Pero había un punto en el cual todos estaban de acuerdo: que lograrlo para México había sido una obra maestra de nuestra diplomacia. Antes de que Chile pudiera empezar a vanagloriarse de Gabriela Mistral y su Nobel se le dio machetazo al caballo de espadas.

-Pero el Nobel tiene más prestigio ¿no?

-Lo perdió durante la guerra. Esas concesiones a un bando y a otro, ese caso Churchill que fue la gota de agua que colmó el vaso, acabó por obligarlos a apartar los ojos de Europa y Asia y volverlos al resto del mundo.

-Es decir, África, Oceanía, Latinoamérica.

-Los dos primeros no cuentan todavía culturalmente. Y Latinoamérica, aparte de contar, es un mercado muy prometedor para los productos escandinavos.

-¡Qué maquiavelismo tan rebuscado! En fin, supongamos que esos cálculos sean exactos, no me importa. Los suecos apuntan directamente a Chile, como si no existiera ni Argentina que, entre otras cosas, conservó la neutralidad

-Nominalmente.

- O Brasil, que según Zweig, es el país del futuro.

-¡No siga, cállese, antes de que la acusen de traicionar a la patria! Porque México es, de todos los países de este hemisferio (excluyo a los Estados Unidos porque es otro planeta) el único que ha llevado al cabo una revolución sui generis, el único que progresa a un ritmo cada vez más acelerado e incontenible, el único que alcanza cada día una meta de justicia social, el único que se enorgullece de su estabilidad interna, el único que mantiene una política exterior coherente y digna, el único

-¿Qué clase de letanía está usted recitando?

-Los dogmas en cuya validez creen veinte millones de mexicanos que, como dice otro dogma, no pueden estar equivocados.

-¡Dios santo! ¿Y eso se declama así, sin ruborizarse?

-Se declama en tono de desafío por si las dudas. Aunque esas dudas hayan sido prácticamente disipadas después de que México ha sido ungido por el óleo sagrado del Premio de las Naciones. Flamante, impoluto aún y trascendental.

 

-Me lo imagino. Lo que tiene usted que barajarme más despacio es por qué en este país, entre cuyos privilegios está el de ser también el único en el que ha hecho sus apariciones la Virgen de Guadalupe, escogieran a Matilde habiendo tantos otros escritores y tanto más importantes.

-Por razones de equilibrio. Los otros que usted señala son más o menos del mismo rango y tienen bien establecidas sus rivalidades mutuas y sostienen unas competencias encarnizadas. Pero Matilde empieza por colocarse más allá del bien y del mal gracias a un pequeño detalle: el sexo. Una mujer intelectual es una contradicción en los términos, luego no existe.

Y, claro, a la izquierda pueden colocarse cuantos ceros se quieran sin peligro de que resulte ninguna cantidad. Eso es correcto en cuanto se refiere a la persona de Matilde. ¿Pero y sus libros?

-¡Los temas son tan inocuos! Un paisaje en el que se diluye un Dios sin nombre, sin cara, sin atributos, unas vagas efusiones de fraternidad universal, nada de lo cual alcanza a cristalizar en una ideología No, no pierda el tiempo rebatiendo estos argumentos porque no son míos. Son las palabras textuales de ellos, que yo no hago más que transcribir, sin comprenderlas siquiera porque no he leído nunca una línea de Matilde. Añada usted, por último, sus largos años de exilio.[2]

A MANERA DE CODA

El cuento Álbum de familia está, desde cierto punto de vista, escrito con las características de una obra de teatro en un acto, en especial por la riqueza del lenguaje entre todas las mujeres.

Desde el punto de vista técnico, este cuento carece de un diseño estructural articulado. No hay juegos de planos, discontinuidades narrativas, desarrollos binarios o ternarios, alternación de perspectivas. No tiene un final cerrado. Las narraciones acaban difuminándose. Rosario Castellano no inventa, registra lo que ve. En otras palabras: no hacía falta inventar nada para escribir un texto; bastaba con consignar el mundo de iniquidades que contemplaba de manera rutinaria.

Tal vez, además, o por eso mismo, le resultó atractivo el modelo de representación que ofrecía el teatro. Y, si esto es obvio, podemos afirmar que el cuento de Álbum de familia es más teatral que narrativo.

Sus diálogos son brillantes y vívidos. Su valor reside en especial en la exposición de situaciones que se dan entre las mujeres y los diferentes puntos de vista de cada una de ellas.

* Profesora de Literatura

CEPE-UNAM, CU, México, D.F




[1] Rosario Castellanos, "Álbum de Familia", todas las citas son tomadas del libro Álbum de familia, México, Joaquín Mortiz, 1989. Sólo vamos a proporcionar el número de página para las citas posteriores, p. 152.

[2] Rosario Castellanos, "Álbum de familia" pp. 67-72.

Bibliografía.

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CARBALLO, Emmanuel, (1986) Protagonistas de la literatura mexicana, México, Ediciones El Ermitaño-SEP, (2�.serie de Lecturas Mexicanas, 48)

CASTELLANOS, Rosario, (1989) Obras completas, México, FCE, (Letras mexicanas).

CASTELLANOS, Rosario, (1971) Álbum de familia, México, Mortiz, (Serie El Volador).

DELGADILLO MACÍAS, Rosa Esther, (1999) Literatura y procesos interpretativos en el salón de clases. Recepción de dos autores mexicanos: Rosario Castellanos y Carlos Fuentes, México. Tesis doctoral en Literatura, UNAM, Facultad de Filosofía y Letras.

LÓPEZ GONZÁLEZ, Aralia, (1991) La espiral parece un círculo. La narrativa de Rosario Castellanos. México, UAM-Iztapalapa,. (Texto y contexto, 3)

OCAMPO DE GÓMEZ, Aurora M y E. Prado Velásquez, (1967) Diccionario de Escritores Mexicanos, introducción de María del Carmen Millán, México, Centro de Estudios Literarios, UNAM.

SPADA SUÁREZ, Rosa, (2005) "La narrativa de Rosario Castellanos, un registro del mundo que le tocó vivir", en Decires, vol. 7, núm. 7, pp. 141-160.