Los colores brillantes del gallo y su valentía
Jim Jiménez*
Foto: Bernardo Fuchs, Atardecer |
Cuando el mundo era nuevo y todo era blanco y negro, los dioses decidieron darle color.
Primero pintaron los cielos, después los mares y la tierra, y al final a todos los seres. Todos los animales pasaron enfrente de los dioses a recibir sus colores. Todos lo hicieron sin quejarse. Pero uno, el gallo, cuando vio que su color iba a ser negro, insistió en que un animal tan valiente como él merecía colores más brillantes: rojos, amarillos, verdes.
Los dioses escucharon todo lo que el gallo tuvo que decir. Cuando acabó de hablar, los dioses se juntaron y hablaron en voz baja entre ellos. Al acabar de discutir, uno de los dioses se dirigió al gallo. “Señor gallo, si puedes probar tu valentía, te daremos todos los colores que pides. Si puedes ir al fondo de la tierra, donde el dios del infierno reside y regresas, recibes todos los colores que deseas”.
El gallo decidió ir y se bajó por un hoyo en la tierra, bajando más y más. El calor era enorme y el gallo pensó que no iba a poder cumplir su tarea, pero no soportaba que su color fuera negro. Siguió caminando hasta que llegó al hoyo del infierno y después regresó a la tierra firme. Cuando salió del hoyo, ya no era el gallo negro, sino un gallo de colores brillantes. Lo dioses lo felicitaron por cumplir la tarea y por probar que era valiente. Por eso los gallos hoy en día no son solamente de color negro, sino de colores brillantes.
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* Estudiante estadunidense de Español 6
EPESA-UNAM, San Antonio, Texas, E.U.