Miguel Hidalgo
Otilio Silva Andraca*
Nació el 8 de mayo de 1753 en el poblado de Corralejo, actual estado de Guanajuato. Murió el 30 de julio de 1811 en Chihuahua, fusilado por el gobierno realista.
Cursó la carrera sacerdotal, primero en el Colegio Jesuita de San Francisco Xavier y después en el de San Nicolás. Debió aprender algo de los jesuitas, tan queridos en Nueva España, puesto que, como dijo el Marqués de Croix al ser expulsados los jesuitas en 1767: “de una vez en lo venidero, deben saber los súbditos del gran monarca que ocupa el trono de España, que nacieron para callar y obedecer y no para discurrir ni opinar en los asuntos del gobierno”.
Hidalgo inició la lucha por la Independencia el 16 de septiembre de 1810. En Guadalajara fue recibido de manera entusiasta, opuesta a las ideas realistas:
¡Salud al hombre de la revolución!
¡Salud al primer hijo de la patria!
¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!
Antes de la batalla de Puente de Calderón dijo “Voy a almorzar en Puente de Calderón, a comer en Querétaro, y a cenar en México”. Después de la citada batalla dijo “¡Desgracias, desgracias! ¡Pero no hay cuidado que pronto nos veremos.”
Estando prisionero en Chihuahua, mantuvo una relación de aprecio con sus carceleros, los cabos Ortega y Melchor, a los que le dedicó los siguientes octosílabos
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Ortega, tu crianza fina,
tu índole y estilo amable
siempre te harán apreciable
aun con gente peregrina
Tiene protección divina
la piedad que has ejercido
con un pobre desvalido
que mañana va a morir
y no puede retribuir
ningún favor recibido
Melchor, tu buen corazón,
ha aunado con pericia
lo que pide la justicia
y exige la compasión;
Das consuelo al desvalido
en cuanto te es permitido,
partes el postre con él
y agradecido Miguel
te da las gracias rendido
Bibliografía:
Rocdor, Ralph. Juárez y su México. México, FCE, 1980, 1101p.
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* Profesor de Historia en la Escuela Nacional Preparatoria, Plantel 2
UNAM, México, D.F.