Las diferentes realidades

Ariel Rodríguez Gutiérrez*

Tulsa, Oklahoma, es un buen ejemplo de una ciudad donde se pueden ver las diferencias entre las clases sociales. Esas diferencias tienen una conexión con la historia de Tulsa y el estado de Oklahoma.

Las personas más ricas en Tulsa viven en un barrio que se llama Brookside, cerca del centro de la ciudad. Estas casas son muy grandes y viejas. Sus hijos asisten a escuelas religiosas y privadas. Una de estas escuelas tiene caballos y clases de yoga. La mayoría de las familias en Brookside han vivido allí durante muchas generaciones y ganaron su dinero con el petróleo.

En la década de 1920, Tulsa tenía un próspero barrio afroamericano que se llamaba el Distrito de Greenwood. En el verano de 1921, la población blanca destruyó e incendió el barrio. Hoy, el Distrito de Greenwood es un pueblo fantasma. La gentrificación empujó a la comunidad afroamericana más al norte, donde está la parte más pobre de la ciudad.

De 1831 a 1850, el gobierno de los Estados Unidos reubicó por la fuerza a 46,000 nativos americanos de la costa este. Este desplazamiento, conocido como El Sendero de Lágrimas, terminó en Tulsa, por eso esta ciudad tiene una gran población indígena. Las etnias que viven allí ahora son cheroqui, muscogee creek, osage y choctaw. Sus reservas están a las afueras de la parte principal de la ciudad. Hay mucha pobreza, adicción y violencia doméstica en las reservas. Al mismo tiempo, hay un gran esfuerzo por apoyar el arte indígena, moderno y antiguo. Por ejemplo, la poeta laureada de los Estados Unidos[1] elegida en 2019 se llama Joy Harjo y es de la etnia muscogee creek.

Tulsa tiene una población con un crecimiento rápido, pero muchas personas son invisibles. La gente en situación de calle viene de las ciudades del este del país, como Nueva York o Boston. Viaja al oeste por el clima y Tulsa es el punto medio. Cuando yo estaba en la Universidad de Tulsa, a veces alguna persona en esta situación caminaba al campus en la noche. La policía del campus siempre ahuyentaba en pocos minutos a estas personas. Eso me enojaba, porque la universidad tiene muchísimo dinero, pero nadie quiere ayudar a la gente que se encuentra en esta situación.

A mí me encanta la ciudad de Tulsa, pero tiene problemas con las diferentes clases sociales. Esos problemas están relacionados con la raza y la historia. Hay muchas versiones de la realidad en una pequeña ciudad.

*Estudiante de Estados Unidos del curso: Imágenes de México a través de sus textos literarios 
 CEPE-UNAM, Ciudad Universitaria, Ciudad de México

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