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La pluma del ángel

Rong Rong*

Hace mucho tiempo, un ángel cayó al mundo. Estaba herido, casi muerto. Se encontró con una niña que le dio la comida y lo cuidó mucho. Cuando él volvió al cielo, le preguntó a la niña:

-¿Qué quieres?-.

Ella le contestó: -Quiero casarme con un ángel. En aquel momento, al ángel le pareció que la sonrisa de la niña era la más bonita del mundo.

Muchos años después, el ángel volvió al mundo para encontrar la niña y tal vez, casarse con ella. Él no sabía que la niña ya se había hecho una mujer. Le preguntó a toda la gente que vio si ellos conocían a una niña con sonrisa más bonita. Lo consideraron como loco. Por fin, alguien le señaló una casa pequeña.

Al entrar, vio a una mujer desnuda. La mujer se llamaba Sofia y era una prostituta. Como ella trabajaba mucho, parecía mayor que su edad. Pensando que él era guapo e interesante, aunque no sabía quién era la niña por la que preguntaba, permitió al ángel quedarse en su casa y decidió buscar a la niña con él. Le dijo que necesitaban escribir anuncios para encontrarla. Por eso, aquella noche, el ángel sacó una de sus plumas y escribió un anuncio. Y al día siguiente, Sofia encontró la pluma y la vendió. Lo mismo sucedió todos los días. Como la pluma del ángel era muy preciosa, Sofia ganó mucho dinero. No necesitaba trabajar más. Ella no sabía que él era un ángel y no le importaba cómo conseguía él la pluma.

El ángel no estaba contento de lo que hacía. Sofia no quería decirle nada. Sus plumas fueron cada día menos y supo entonces que no podía volver al cielo otra vez. La única esperanza que quedaba era encontrarse con la niña. Un día, cuando él sólo tenía una pluma, decidió irse. No quiso estar con Sofia más. Una vez, Sofia trató de encontrarlo, pero no supo a dónde había ido. Le dijo a sus vecinos:

-Cuando él vuelva, quiero casarme con él….

Treinta años después, Sofia estaba en su tienda de flores, charlando con sus vecinos. Debido al dinero que había ganado vendiendo las plumas, su vida era  muy cómoda. De repente, alguien dijo:

-¡Encontré a un  ángel en el bosque, un ángel real! Pero es raro que él no tenga ninguna pluma.

Sofia dijo:

-Eso sí es muy raro. Cuando era niña, salvé a un  ángel que tenía plumas blanquísimas. En aquel entonces, le dije que quería casarme con un ángel.

No pudiendo creer lo que dijeron ellos dos, los demás se burlaron. Ella no explicó nada, pero una voz dentro de su corazón que dijo: es verdad.

En ese momento, en su cara apareció una sonrisa bonísima.

* Estudiante china de Español Intermedio 3
CEPE-CU, UNAM, México, D.F.
rosa1029rr@hotmail.com