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Amila

Kaya Kise*
Imagen cortes�a de 'nipitphand'
Foto:Cortesía de 'nipitphand'

Yo soy Amila. Tengo 4 años. Si yo fuera humana, todavía me llamarías joven pero ya soy madura en el reino animal. Verás, soy una gata.

Mis abuelos eran vagabundos, eran vagabundos orgullosamente. Vivieron en la calle y tuvieron diez hijos, manteniendo a la familia con la caza de ratones y hurgando en la basura.

Mi padre era el menor de la familia. Algunos de sus hermanos murieron por ataques de perros callejeros o accidentes de tráfico. Al final quedaron cinco, mi abuelo, mi abuela, un hermano, una hermana y mi padre.

El hermano de mi padre era muy severo con él y le enseñé cómo cazar animales, cruzar las calles y no caer en las trampas que tendían los humanos. Cuando fallaba, mi padre lo reprendía severamente. A decir verdad, a mi padre no le gustaba cómo lo trataba su hermano. Un día su hermano se fue y nunca regresó. Mi abuela le dijo a mi padre y a su hermana: Niños, llegó el momento. Cuando sientan que ya son mayores, tienen que salir de la casa, sobrevivir solos y tener su propia familia. Así es la vida de un gato.

Su hermana se sorprendió y empezó a llorar.

Mi padre le preguntó a mi abuela con cara de perplejidad Pero, pero entonces quién va a cuidarte a ti y a papá? Ya no son jóvenes...

Jajaja, no te preocupes mi amor, somos fuertes. Así nosotros los gatos nacemos y crecemos desde la antigüedad. Yo amo a tu padre, mi querido esposo, pero también cuando llegue el último momento de mi vida, tendrá que dejarlo y esconderme para que nadie me vea. Bueno, no piensen tanto por ahora y disfruten la vida, hijos, dijo mi abuela. Se le habían humedecido los ojos.

Mi padre comprendió por que su hermano lo había educado a él con tanta disciplina, y decidió ser un gato hecho y derecho.

Después de un año, mi padre salió de su casa y corrió lo más lejos posible. Nunca miró hacia atrás para que no se llenara su corazon de ansiedad. Al volver en sé, había una luna llena grande en el cielo. Las estrellas centelleaban como si hubieran deseado un futuro próspero para el.

Es lo que me contó mi padre cuando mis hermanos habían salido de la casa.

Se me ocurrió esta historia porque hoy es luna llena y es el primer día de mi independencia.

Yo soy Amila. Tengo 4 años. Ya sabes, soy una gata madura y orgullosa.

*Estudiante japonesa de Intermedio 1
CEPE UNAM