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Tierra-Aire

Patricia Flores*







Foto: Christopher Perkins

Me encanta que haya lugares no muy conocidos. Desde una edad
muy temprana, mis mayores estaban enamorados de esta tierra;
ellos dijeron que la llegada a Salt Lake City (SLC) fue una revelación
proveniente del cielo; es decir, los lugareños creen
que la iglesia Mormona y esta tierra especial eran simplemente una bendición
de Dios. Mírala, las muestras de su existencia y su furia se muestran
en las paredes del paisaje y por todos lados.
Al final, fuimos protegidos, los salvados
(los miembros de la iglesia), me dijeron.

I.

Había campesinos que vivían atrás de mi barrio e
íbamos a interactuar con ellos un poco; asimismo, había pastizales y
El Gran Lago Salado (Great Salt Lake) por nuestro hogar (curiosamente, estaba en
el territorio de México en el año de 1838). Este lago,
creíamos, se puede mover en cualquier momentito cuando
hay un terremoto o muchísima lluvia (como fue durante la temporada de lluvia). Pero si se moviera este lago, nos llegaría un aluvión. No entiendo por qué
alguien les daba esa información a los niños y a todo el mundo
para asustarnos. Este Gran Lago Salado es saladísimo.
Quizá podamos flotar con toda esta sal o
nosotros vamos a experimentar
la muerte en esa manera. De hecho,
El Gran Lago Salado es el segundo más grande del mundo
después del Mar Muerto. (Encontré una broma:
"Es bien conocido que el Mar Muerto se está muriendo.") Entonces, no es cierto
que nosotros sobrevivamos esta catástrofe.
¿Quiénes preferirían que nos ahogáramos en el Gran Lago Salado?

Al mismo tiempo, en tiempos pasados,
fuimos al Gran Lago Salado, nos bañábamos en calzón corto como en el agua de alcantarilla.
Alguna vez, yo casi muero, casi me ahogué,
pero eso es otra historia. Lo que más me gusta
es nadar. Cuando era adolescente, mi padrastro compró
un velero usado y lo zarpamos muchas veces en el lago salado.
Mucho más tarde, ahí, me fui
a las lagunas de sal. Cuando tenía 18 años,
pude comprar una camioneta usada
en SLC y fui hasta el circuito de Bonneville
en el estado de Utah para cruzar las salinas y
para ver las carreras de velocidad
(aquí puedo referir la película de 2005
sobre estas carreras famosas y más: The World′s Fastest Indian).

II.

Al otro lado del valle, las cimas de las montañas rocosas se elevan,
más elevadas que los rascacielos brillantes, sobre la ciudad. Nosotros seguíamos
aprovechando los lugares naturales como refugios.
Subíamos las montañas rocosas,
nos bañábamos en las aguas termales,
anduvimos en motocicletas y
paseamos por las dunas de sal.
Ahí acampábamos donde cultivábamos un lazo
fuerte con los ríos, la tierra, la naturaleza y mucho más y,
finalmente, con las montañas rocallosas.
Seguramente, al amanecer, despertábamos temprano en la madrugada.

Fuimos niños exploradores, una parte de BSA (Los Boy Scouts de América:
su lema, "Está preparado"). Estábamos listos para tomar riesgos en
la naturaleza y para aprender de ella.
No pienso que el ambiente sea una fuente o
un montón de sitios perjudicados como sugieren otros.
Tal vez, sin estar en la cuerda floja con la naturaleza, estábamos
listos y nos gustaba la aventura. Yo espero que otros niños puedan
tener una experiencia parecida. ¿Ves que ellos puedan venir al aire libre,
algo así, con muchos hogares naturales en peligro de extinción?
Actualmente, no veo que los BSA me dañen; debo reconocer que
temía durante mis años como miembro de este grupo;
asimismo, tengo que compartir mis buenos recuerdos.
Es importante que nosotros hagamos lo que podamos
para conservar estos hábitats y hogares.
Yo no percibo que el ser humano ponga atención suficiente
sobre la pérdida de la naturaleza. Es así.

III.

Me pregunto si nuestras antecesoras, nuestras tatarabuelas notaron
que la tierra temblaba o percibieron algunas olas como marejadas.
En la actualidad, sus restos están en el subsuelo
de este valle. Que hubiera terremotos, inundaciones,
que los pecadores y la muerte del malvado, iba
de acuerdo con sus creencias.
El subsuelo bajo nuestros pies se podría disolver
en cualquier momento con una inundación o
algún fuerte terremoto. Es decir, algún día no muy lejano
el valle cercano se va a inundar por el lago subterráneo antiguo
que se llamaba el Lago de Bonneville,
y podría subir a la superficie en cualquier momentito.
Puede crear una matanza; lo que pasaría en el valle es que se metería debajo de las rocosas,
pues el nivel más bajo en el valle cambiaría.
En medio de todo de esto,
yo estaba horrorizado, desconcertado, a veces
sollozando. Yo estaba viviendo constantemente
en una angustia; estaba preocupado sobre todo eso.
Opino que las ideas no tienen que ser
un antagonismo. No es cierto que mis antecesoras tengan algo
como una locura en sus mentes; pero, tal vez el Lago existe
en sus pensamientos. Escribiré mucho más de mis recuerdos cuando
tenga 80 años.

Ahora estoy vaciando la mente por un ratito
o por ahora mi mente está vacía.

* Estudiante estadounidense de Básico 4 CEPE CU