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Desafíos sustentables de países en desarrollo

Guilherme Araújo Pereira*
Desafíos sustentables de países en desarrollo
Desafíos sustentables de países en desarrollo

Foto: http://www.wired.com/2015/04/
using-smart-satellites-to-monitor-deforestation-from-space/

La conservación de la naturaleza sigue siendo algo fuertemente teórico y poco practicado en varios ámbitos: sea por las personas, sea por las empresas o sea por un gobierno que no fiscaliza o no incentiva el uso sustentable y la preservación de los medios naturales. De hecho, en el mundo en que vivimos, desarrollar la economía de un país, por ejemplo, exige construcciones que pueden devastar áreas naturales. Así fue como ocurrió en Brasil, cuando se necesitó de un territorio en el norte del país para construir una hidroelctrica y, consecuentemente, según la propuesta gubernamental, garantizar electricidad a la población brasileña por 35 años.

Aunque el país tenga una costa con gran potencial de producción de energía por la fuerza de los vientos, fue necesario deforestar un territorio gigantesco y realojar a los indios que vivían en esta región. La hidroelctrica es considerada como la mayor en construcción de todo el mundo y, después de que esté concluida, será la tercera más grande en funcionamiento. Incluso con estos aspectos negativos, la obra es considerada como sustentable por tener la obligación de plantar más de 50 mil árboles alrededor de la región en la que se ubica y en la selva amazónica, además de realizar servicios sociales con la población local, promover el turismo y ascender la economía.

Queda la duda: ¿deforestar es permitido siempre y cuando practiques acciones sustentables? Desde mi punto de vista, las empresas utilizan la ideología de que son sustentables como una publicidad disfrazada de lucros e interés, muchas veces tragada por la mayoría como una compañía cuya marca sea recordada como positiva. Las consecuencias de esto ya son perceptibles como, por ejemplo, la extinción de diversos animales y cambios climáticos en todo el mundo.

En resumen, faltan políticas públicas para que haya debates con la población antes de que un gobierno les dé luz verde a las empresas para que empiecen a deforestar, atendiendo las solicitudes del sector privado. Quizá falte lo principal que es, antes que nada, que tanto el gobierno como las empresas ofrezcan una educación sustentable a las personas y promuevan campañas de cómo economizar energía en lugar de iniciar súper construcciones (como la que están haciendo en Brasil) que podrían ser evitadas con un pensamiento consciente sustentable o con un análisis de otras alternativas.

O sea, una acción más efectiva del gobierno para que cambie las costumbres de las personas, ya que existe un problema cultural debido a la falta de incentivos para los ciudadanos, para que busquen conocimientos y los pongan en práctica. Además, reglas más estrictas al sector privado y más claridad en cuanto al intento de cualquier obra necesaria para el desarrollo de la economía o mejora de la calidad de vida.

*Estudiante brasileño de Español 6
CEPE-CU, UNAM, Ciudad de México.