Anécdotas, crónicas y cuentos
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Amigos desde el otro lado del mundo
Fue al inicio de los noventas. Mi mamá y yo fuimos a dar un paseo y, como teníamos poco tiempo en México, nos sorprendió mucho cuando oímos que una familia que caminaba al lado hablaba ruso.(...) Continúa leyendo...
El misterio de la guitarra desafinada
Hace cinco años en nuestra casa teníamos una guitarra vieja que necesitaba afinarse cada día porque se desafinaba. Desafortunadamente, nadie sabía afinarla. En esa época tenía un vecino indígena que supo de nuestro problema. Entonces, nos prestó su ayuda. Todos los días por la mañana él llegaba a casa para afinarla.(...) Continúa leyendo...
¡Pinche Funaro!
Una vez viajamos yo, mis padres, mi hermana y mi perra a una playa con algunos amigos de mis papás, que eran muy locos y graciosos. La dueña de la casa donde nos quedamos tenía un gato muy poco sociable... Sin embargo, estábamos todos muy contentos y fuimos a pasar nuestro primer día de viaje en una playa lejana y poco frecuentada. Había ahí un matorral al final de la calle, donde nos quedamos.(...) Continúa leyendo...
Los ruidos de la noche
La noche tiene sus secretos que no podemos penetrar. Para algunos, la noche es fascinante, para otros, es terrorífica. Es que su aspecto parece esconder todo tipo de misterios. Con sus ruidos y formas extrañas, sus manifestaciones y sus efectos en nuestro ser, la noche nos domina y nos encierra en sus dedos helados. Sin embargo, ¿puede ser que la noche sea invencible?(...) Continúa leyendo...
Usted está en el cielo
Cuando tenía 18 años, fuimos (un grupo de amigos) a conmemorar el fin de la prepa y el inicio de la vida adulta en una universidad. Esa noche, pasamos por varios antros y bebimos muchísimo, hasta que uno de nuestros amigos, por supuesto que por la gran cantidad de alcohol, quedó muy enfermo y fuimos a un hospital para que lo medicasen, probablemente con uso de glucosa (azúcar) en su sangre, para que se sintiese mejor.(...) Continúa leyendo...
Los organilleros en la Ciudad de México
Caminando por las calles del DF, encontré hombres vestidos con uniformes color café, siempre con una gorra de estilo militar y a veces con un instrumento antiguo. Supe que esos hombres se llaman organilleros y que es una tradición que data de la ultima década del siglo XIX.(...) Continúa leyendo...
El desayuno del Sr. Presidente
1872, ciudad de México, madrugada del 18 de julio. El sol aún no había salido y Urania, como solía hacer todos los días, ya estaba en pie, vestida de blanco, delantal de lino delicadamente bordado y pañuelo de percal sobre el cabello perfectamente alineado. En unos segundos el antiguo reloj de caoba iba a anunciar las seis. Urania no sabía ver las horas, tampoco leer ni escribir, pero sí sabía contar, y aquellas seis campanadas le hablarían a ella.(...) Continúa leyendo...